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Dispersiorik ez

Lo que tradicionalmente se ha hecho con ETA, Zapatero y Moratinos lo están haciendo contra los indefensos cubanos.

La dispersión de presos o ciudadanos es un arma útil de los estados para debilitar movimientos políticos, terroristas o pacíficos, que le suponen una amenaza. Se realiza por dos objetivos: en primer lugar, se busca alejar a los presos del entorno social de donde reciben apoyo moral, animos y ayuda, aislándolos de la sociedad y cortando los vínculos con ella. Y en segundo lugar, se busca alejarlos entre si para evitar el apoyo mutuo y la organizacion entre ellos, organización que en un extremo busca la resistencia ante las penas comunes, y en el otro la elaboración de actividades, incluídas las violentas, como motines o rebeliones.

En España, la dispersión de presos ha sido, hasta ahora, la única política penitenciaria que ha proporcionado éxitos en la lucha contra ETA. Desde los tiempos de Enrique Múgica, ha hecho muchisimo daño a la banda terrorista. Se alejó a los presos del País Vasco y Navarra, de donde recibían apoyo moral unos y amenazas mafiosas, otros, y donde seguían trabajando para la banda. Se los separó entre sí, debilitando el "frente de makos", por el que ETA encuadra y somete a todos los presos. Siempre ha funcionado, por lo menos hasta que ahora, cimentando la negociación con la banda, Rubalcaba está acercando a velocidad creciente a algunos de los etarras más sanguinarios con el único requisito de firmar en un papelillo unas líneas ambiguas, explícitamente indefinidas y que sólo demuestran que el Gobierno no está dispuesto a exigir nada a los etarras que, cansados, quieren lógicamente mejorar su situación en prisión.

Es grave, es un error y es una traición a las víctimas acercar a los presos etarras al País Vasco, rompiendo la exitosa estrategia de la dispersión. Pero como hemos dicho, esta estrategia no se puede usar sólo contra ETA, sino contra cualquier enemigo político de los estados, y a ella no ha renunciado el PSOE. El cambio consiste en que mientras acaba con la dispersión de presos etarras, Zapatero la está usando contra los disidentes cubanos, entregados por Castro a nuestro país como si de ganado humano se tratase: al peso. Aliado castrista en el exterior, el Gobierno español está dispersando por la geografía española a los perseguidos cubanos, con el fin de evitar que se organicen entre sí, que reciban apoyo social y que continúen su lucha contra la dictadura. Lo que tradicionalmente se ha hecho con ETA, Zapatero y Moratinos lo están haciendo contra los indefensos cubanos.

Era previsible que, dentro de la negociación con la banda terrorista, Rubalcaba y Zapatero reeditaran el "caso De Juana", con los privilegios a los terroristas y la ruptura de la dispersión. Lo que nunca podía imaginarse es la coincidencia temporal con el maltrato a los cubanos, su dispersión por España para poner en práctica los mismos principios ideados para luchar contra ETA; poco importa que unos sean presos y a los otros se les de libertad y papeles, porque de lo que se trata es de desactivar a éstos cívica y políticamente, mientras a los primeros se les rehabilita a marchas forzadas. Provoca vértigo y náuseas comprobar cómo Zapatero y Rubalcaba atienden las históricas exigencias etarras y desatienden las de los cubanos, reuniendo a los asesinos de ETA y dispersando a los perseguidos por la dictadura cubana. O sea, tratando a unos verdugos como si fuesen víctimas a rehabilitar, y a las víctimas como verdugos a los que castigar.

Quizá los cubanos perseguidos, engañados y maltratados por el trío Castro-Moratinos-Zapatero pudiesen encontrar la comprensión y el apoyo del Gobierno si apelaran a la España plural, plurinacional, pluricultural, plurilingüistica, y pluri-lo-que-ustedes-quieran –en vez de apelar a los derechos humanos– gritando "Dispersiorik ez" con el puño en alto. Entonces quizá lograrían el apoyo de El País, Patxi López, Montilla, La Sexta, Iñigo Urkullu, Arturo Más y Carod Rovira, y se atenderían sus demandas en nombre del progresismo bienpensante. A fin de cuentas, con Zapatero no les ha ido mal a los etarras usando esta fórmula.

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