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Rogelio Biazzi

Pobres pero campeones II

Nuestro presidente consiguió su objetivo: desviar la atención para ganar ¿cuánto tiempo más?

Cuando digo que ZP nos quitó todo, hasta la alegría, no miento. Lo último que nos ha conseguido "birlar" fue el Debate del Estado de la Nación del pasado miércoles. Fue el debate menos visto desde que ZP llego al poder en 2004. Sólo 597.000 espectadores siguieron el debate por televisión frente a los más de 760.000 del primer debate entre Rajoy-Zapatero en el 2005. Algún incauto podría pensar que esto no es malo en sí mismo sino que a lo mejor es un signo de que la gente no está tan preocupada por el estado del enfermo. Error. Una interpretación menos naif podría llevarnos a la conclusión de que lo que hay es indiferencia y que a la gente no le importa lo que sus líderes políticos tienen para decirse. Error, tampoco eso se ajusta a la realidad. El verdadero diagnóstico de este episodio es que hay una profunda y existencial desazón entre los ciudadanos respecto al cariz que han tomado los acontecimientos –sobre todo– en los últimos meses y en la manera en que el gobierno se ha enfrentado a la horrible situación que vive nuestro país. Vamos, que si lo último que se pierde es la esperanza, ya estamos en lo siguiente. La gente se ha convencido de que ya no hay nada que ZP pueda hacer para arreglar el lío en que nos ha metido por su inacción. Nuestro presidente ha pecado todavía más por omisión que sus acciones y aunque esto parezca menos malo, no lo es. La inmovilidad, la falta de decisión en algunas situaciones, es más mortífera que un rayo. Que un piloto deje caer su avión a mil por hora por temor a que algún pasajero amigo le reproche una mala maniobra es francamente suicida.

Zapatero, que no es tan tonto, ha maniobrado para quitar peso específico al debate y que pase lo más desapercibido posible. El conjuro de astros también le ha ayudado haciendo que la atención de la opinión pública esté mucho más centrada en el beso entre Sara Carbonero y Casillas que en los efectos negativos -en términos de consumo y recaudación- que ha tenido la subida del IVA. La gente ha estado mucho más atenta a a las declaraciones del abuelo de Iniesta que a la nueva rebaja de las previsiones de crecimiento para España en 2011 que hizo el FMI esta semana. Gracias a Del Bosque, pensará ZP, estos días "La Roja" ha acaparado todos los titulares y nadie se ha percatado del dato que dice que España acumula casi el 30% de todos los parados de la eurozona.

Lo vaticinó un servidor hace casi tres meses, la victoria en el mundial monopolizaría todos los focos de atención y daría un balón de oxígeno a ZP en su alocado escape hacia el futuro. No estoy contento, pero sí orgulloso de haberlo dicho con tanta anticipación. Nuestro presidente consiguió su objetivo: desviar la atención para ganar ¿cuánto tiempo más? Por otra parte el miércoles, una vez más –y ya van...– el líder de la oposición volvió a perdonar la vida de Zapatero y lo dejó salir vivo del hemiciclo. ¡Cuidado –ya que estamos tan futboleros– que los goles que se perdonan al contrario se sufren en propia puerta!

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