Los escolares no sólo terminan el bachillerato "bien cargaditos de la ideología inane imperante" sino con una ignorancia tal que ni siquiera saben leer y escribir al nivel del que un niño de 1º de Bachillerato lo hacía en los años 50 o 60.
Además, esa ideología no es inane sino tremendamente dañina por cuanto convierte a los chicos en seres sin espíritu crítico, buenos progres en el peor sentido de la expresión y alineados con el hedonismo.
Generaciones que saben menos de todo que las de sus padres y abuelos, contra natura.