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Pablo Molina

Con Carter se complica la independencia

Con Jimmy Carter enredando, los partidarios de la independencia de España respecto a Cataluña vamos a tener un problema añadido con el que no contábamos.

En Estados Unidos existe la opinión prácticamente unánime de que Jimmy Carter ha sido el peor presidente en toda la historia del país. De hecho, cada vez más analistas intentan discernir si Obama tiene capacidad para destronar a Carter, aunque todavía es pronto para dar un veredicto definitivo. Como presidente, Carter llevó la imagen exterior de su país a las cotas más bajas nunca vistas con episodios como su contribución a la caída del Sha de Persia y la consiguiente subida al poder de los ayatolás, pero lo asombroso es que no existe ninguna duda de que el vendedor de cacahuetes es el peor ex presidente del Gobierno que jamás han producido los Estados Unidos de América.

Las actuaciones de Carter a lo largo y ancho del planeta han tenido como eje común oponerse diametralmente a los intereses norteamericanos, sea cual fuera el signo político del ocupante de la Casa Blanca, pero en lo que respecta a España y Cataluña, el peligro más evidente de las intromisiones de Carter es que las causas que defiende con su fundación acaban siendo un desastre en la mayoría de los casos.

Y es un motivo serio para preocuparnos, porque con Jimmy apoyando la secesión de Cataluña, es más que probable que la independencia de esa comunidad autónoma se retrase otro siglo más.

Carter se ha deshecho en alabanzas hacia los dirigentes catalanes, no antes de trincar los cien mil dólares correspondientes al premio que le ha entregado Montilla, pero el hecho de que el ex presidente norteamericano hable bien de un dirigente político no es precisamente un mérito que convenga incluir en el currículum. No hay ni un solo tirano contemporáneo que no haya recibido los halagos de Carter ensalzando su preocupación por los derechos civiles y su talla de estadista, desde Caucescu a Kim Jong II pasando por Fidel Castro. Sobre el dictador rumano, sin ir más lejos, dijo "compartir plenamente sus objetivos en política, economía y derechos humanos" y todos sabemos cómo acabaron él y su esposa.

Con Jimmy Carter enredando, los partidarios de la independencia de España respecto a Cataluña vamos a tener un problema añadido con el que no contábamos. A ver si le dan otro premio mejor dotado económicamente en el otro extremo del globo y se queda por allí unos añitos junto con el staff de su fundación. Con lo cerca que estamos de la secesión, sería una pena que todo se fuera al traste por culpa de un productor de cacahuetes.

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