No quiero que te enfermes, Zapatero,
ni sufras malestares o dolores.
No quiero que te quejes ni que llores
ni que te salga un grano en el trasero.
No quiero que te muestres lastimero
ni que estornudes, tosas o expectores.
No quiero que te aflijas con ardores,
con gripe o con tortícolis. No quiero.
No quiero que te agobien las fatigas
ni que tu escroto froten con ortigas,
ni que por hemorroides convalezcas.
No quiero verte enfermo o dolorido.
Y en cambio, con gran énfasis, te pido
que de una puta vez desaparezcas.