El día 14 de junio se presentará en Barcelona la edición catalana de la obra magna de Ludwig von Mises: La Acción Humana. El acto será presidido por Juan Rosell, presidente de Foment del Treball, e intervendrán Xavier Mallafré, director general de la editorial Grup 62, Juan Torras, presidente del Instituto von Mises de Barcelona, Joan Maria Nin, director general de La Caixa, y Jesús Huerta de Soto, catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos y el principal exponente de la escuela austriaca en España.
El Instituto von Mises de Barcelona ha sido el promotor de esta iniciativa, añadiendo otro idioma a la lista de traducciones de este monumental tratado de economía. Ludwig von Mises ha sido probablemente el mejor economista del siglo XX, y los seguidores de su obra en Cataluña han querido dar un renovado impulso a sus enseñanzas, hoy más vigentes que nunca.
Pero La Acción Humana ya estaba traducida al castellano por Unión Editorial (van por la novena edición), y es en este contexto que surge la interesante cuestión de si es práctico y beneficioso traducirlo al catalán siendo los catalanes bilingües, o es un despilfarro de esfuerzos y recursos para mayor gloria del nacionalismo. En otras palabras, ¿es La Acción Humana en catalán redundante?
En primer lugar, que los catalanes sean bilingües no significa que sean indiferentes respecto al uso de una lengua u otra. Muchos catalanes prefieren relacionarse sólo en catalán, o prefieren leer más en catalán que en castellano. Dadas estas preferencias, algunos catalanes estarán más predispuestos a leer la obra de Mises si está en catalán.
En segundo lugar, en el ámbito educativo y universitario (especialmente en un contexto de imposición lingüística) una obra en catalán puede tener mejor difusión que una obra en castellano. También entre la élite política. Las ideas liberales de Mises recibirán más atención por parte de profesores, alumnos y cargos públicos.
En tercer lugar, el lanzamiento de la edición catalana traerá consigo una nueva oleada de publicidad, aunque la tirada sea modesta. Teniendo en cuenta que la obra de Mises ya va dirigida a un público minoritario, cualquier campaña complementaria tiene el potencial de llegar a "liberales durmientes" adicionales y despertar su interés.
Por último, e independientemente de las ventajas que la edición catalana pueda tener para la difusión del liberalismo en Cataluña, está la cuestión de la promoción privada de un idioma como fórmula para preservarlo. La traducción al catalán de obras extranjeras que ya están en castellano sirve a este propósito.
Para quienes pensamos que el catalán se encuentra en una posición natural de desventaja respecto al castellano pero creemos que su preservación a largo plazo debe pasar por el esfuerzo voluntario de los hablantes (y no el dirigismo de la Generalitat), la traducción de La Acción Humana no sería redundante aunque lo fuera para el liberalismo. Del mismo modo, no cabe argüir que el fomento privado de la lengua catalana es un despilfarro y al mismo tiempo decir que el proteccionismo lingüístico es innecesario, pues una lengua minoritaria no se preserva sola. Otra cosa es que algunos no le vean sentido a preservar una lengua, lo cual me parece una postura respetable y hasta tentadora, aunque hipócrita en boca de muchos. Es fácil desdeñar el afán de preservación desde el cómodo atrio de la tercera lengua más hablada del mundo.