Este que escribe, con 70 años ya, es hijo de guardia de asalto de la república, herido en el frente de la ciudad universitaria y Somosierra, represaliado tras la derrota no por Franco, sino por aquel familiar de derechas que no quiso avalarle, porque "estuvo en las trincheras contrarias y quizá quiso matarle, anda tú, como si él hubiera disparado al aire. Infancia de carencias. Pero nunca oyó a su padre una alabanza a la república o una crítica a Franco. Este que escribe, en la universidad y años de juventud fue intensamente antifranquista, y tuvo expediente en la DGS, y se llevó alguna bofetada y paliza por luchar contra el régimen. Este que escribe tuvo ocasión de vivir muy de cerca, cerquísima, con jerifaltes del régimen aquel. No le entusiasmaron, pero conociéndolos empezó a entender algo. Con los años se le han abierto los ojos, y disculpa los errores de aquel régimen como mal menor, y como Moa quisiera que otros supieran justipreciar los valores del sistema y sociedad aquellos que en muchos aspectos superaban a esto que tenemos hoy. A cada tiempo lo suyo.
Algunos personajes de la España actual me recuerdan, salvando las distancias a otro personaje, éste de ficción, que aparecía en la película "Imitación a la vida" de Douglas Sirk: una chica, hija de una cocinera negra, que ocultaba celosamente su origen, fingiendo que era blanca para ser más aceptada, y que llegaba al extremo de odiar a su madre. La pobre mujer casi se vuelve loca, pero al final acepta su origen.
La verdad es que, bien pensado, ese síndrome no lo sufren algunos personajes. Lo sufre el país en su conjunto.
También, y por seguir con las analogías cinematográficas, está ese personaje de Matthieu Kassowitz que, después de la liberación de Francia en 1944, se hace pasar por un héroe de la resistencia, inventándose un pasado ficticio, ya que durante la ocupación ese personaje de dedicaba con empeño a... vender sujetadores de señora.
De personajes así andamos sobrados en España.
Dicen que la mentira tiene las patas cortas, pero aquí parece que lleva zancos.
Cuando los que vivieron el franquismo, pero no sus antecedentes, es decir los nacidos a partir de 30.. hayamos fallecido, podrá hacerse con la realidad qe fue, lo que quiera el que mande en dicho momento... Piensen: los nacidos el 40 ya tienen 70 años... ya solo quedan la mitad... Y los nacidos en los 60 aun eran imberbes al morir Franco. Pronto no quedaran testigos sino abuelos cebolleta. Si encima nos mienten, cambian sus recuerdos ( como Cebrian, la de la Vega... ) el desbarajuste esta asegurado. Ninguneando a los que recuerden bien.
Don Pio, ya que bien recuerda usted que la transición fue mediante el paso de la Ley a la Ley, podría aprovechar para reivindicar un poco el papel de los denostados funcionarios de carrera: yo añadiria que la transición fue el cambio de los dirigentes politicos pero manteniendo la Admón. gracias a la inamovilidad en su condicion de los funcionarios que supuso un pilar fundamental de la estabilidad del Estado, del que creo que nos olvidamos con demasiada facilidad, entrando en comentarios fáciles sobre los únicos que se ganan su plaza en opsición libre, abierta a todos y por mérito y capoacidad en la inmensa mayoria de los casos (como en todo, hay fraudes). Por favor no vayamos al comentario fácil como ya hace este nefasto gobierno que juega a eso, pues solo quieren desvirtuar el papel de los funcionarios ya que su relativa imparcialidad y rigor normativo le estorba. Gracias y un saludo.
De acuerdo Moa. Se trataría de un cierto limbo evanescente que habría tenido existencia del 36 al 75, del que los tontolabas dicen que ellos no estaban, los gorrinos dicen que ellos luchaban incansables y del que los totalitarios abominan y dicen que hay que eliminar de la historia.
Intentos necios y estúpidos. Moa y otros historiadores han abierto una vía que no van a poder cerrar los subvencionados, ni peperos ni sociates.
Salud.
Por si alguien se anima a llevar adelante ese estudio sobre la esquizofrenia nacional que usted sugiere, ofrezco mi colaboración desinteresada al capítulo de la esquizofrenia en el mundo de la enseñanza, en sus tres vertientes de padres, alumnos y profesores.
Llega a tal extremo que, los mismos que se manifestaron contra el PP rodeando sus sedes con ocasión del 11 M, callan ahora como muertos ante el robo del 7% de su salario. Y saltarían a la calle como posesos, si ganando el PP en un futuro, tuviese que aplicar dicha medida gestada por el PSOE.
En general, a las personasenfermas mentales, ha sido una terapia tradicionalmente utilizada, el empapuzarlos de comer. No es de extrañar que esta ciudadanía solo se aplique a la tarea de tener el plato lleno y todo lo demas no le preocupe.
Pero, ¿que cabe esperar sino enfermedad mental en una sociedad a la que en apenas un mes se le cambia de Anti-OTAN a Pro-OTAN, y despues otra vez anti-OTAN con ocasión de la guerra de Irak, para volver a ser pro-OTAN cuando Obama llega a la Casa Blanca y posteriormente al encuentro intergaláctico?. Pues que se vuelva tarumba. Sobre todo si tiene antecedentes de debilidad mental innata. O también, cuando ve a Montilla aprobar ciertas instalaciones para Cataluña siendo Ministro y estar visceralmente en contra cuando está al frente de la Generalidad.
Nos lamentamos que ese pueblo, en elecciones, no sea capaz de cambiar el sentido de su voto cuando ve los desastres que su gobierno acomete. Pero nos explicaremos tal proceder si aceptamos la hipótesis de debilidad mental congénita. Lo que ocurre ahora, ya pasa de castaño oscuro. Una cosa es volver loco a un cuerdo, pero un crimen mayor es hacérlo con uno que ya es enfermo mental.