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Pablo Molina

La nueva economía progresista

Basta con crear una asociación destinada a la promoción de cualquier idea absurda incluida en la agenda de la izquierda para que el dinero público acuda en tropel por múltiples cauces.

Los socialistas reniegan del mercado libre, al que acusan de todos los males conocidos y por conocer, pero al socaire de este mantra suficientemente extendido gracias a los medios de masas, tienen una afición encomiable por crear otras líneas de negocio no por reguladas menos exitosas. En realidad arrojan grandes beneficios precisamente por ser fruto de la coacción institucional, a la que tan aficionados son todos los socialistas incluidos los que integran el PSOE.

En la España de Zapatero es inútil emprender cualquier negocio según los cánones tradicionales. Las regulaciones de todo tipo y los impuestos de las distintas administraciones hacen que vender productos o prestar servicios de forma más eficiente que la competencia sea una tarea hercúlea sólo al alcance de los espíritus más sufridos. Cuando, además, los potenciales clientes andan escasos de dinero como ocurre actualmente, las dificultades para llevar una idea a la práctica empresarial son prácticamente insalvables.

Pero frente a la economía tradicional surgen sin cesar nuevas oportunidades de ganancia que el Gobierno pone en marcha gracias al dinero de los demás, aspecto crucial que explica la facilidad con que las ideas ruinosas alcanzan el éxito en este particular mercado del subsidio.

Basta con crear una asociación destinada a la promoción de cualquier idea absurda incluida en la agenda de la izquierda para que el dinero público acuda en tropel por múltiples cauces. Y lo mejor de todo es que no es necesario hacer algo práctico para trincar la pasta, porque Zapatero paga, fundamentalmente, por labores de promoción, apoyo, difusión o, mejor aún, "concienciación", que es algo muy importante para el progresismo.

Así pues, para llevarte el sueldo de un año de un mileurista a cuenta de la "memoria histórica", pongamos por caso, no es necesario contratar a un equipo de investigadores y ponerse a cavar en las cunetas, sino simplemente organizar un seminario, charla, exposición o publicar un folleto, todo ello con la sana intención de difundir la necesidad de revisar la historia según el patrón sociata. Lo mismo con la igualdad de género, la alianza de civilizaciones, la violencia machista, la homosexualidad, el laicismo, el cambio climático, etc., etc., etc.

¿Recuerdan cuando los socialistas, con Zapatero a la cabeza, decían que era imprescindible cambiar nuestro modelo? Pues se referían exactamente a esto.

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