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"He visto morir"

La escuela iba a ser el vehículo para implantar una nueva sociedad, que haría buenos los objetivos sociales de la izquierda. Se vistió de tolerancia la intolerancia con la moral tradicional. Y se ha vestido de libertad la imposición de nuevos valores.

paserifo dijo el día 12 de Abril de 2010 a las 19:23:

No voy a negar la culpa de “la izquierda” en la degeneración cultural que asola el mundo desarrollado, aunque esa maldito binomio derecha-izquierda no me gusta nada. Pero quiero recordar dos cosas: primera, así como el pueblo alemán fue en buen medida colaborador necesario de los crímenes del nazismo (esto es, no inventaron los alemanes la locura nacionalsocialista, pero se subieron alegremente al carro), los padres y otros adultos cercanos a los niños y jóvenes que hoy nos parecen perdidos sin remedio, también son culpables del “progresismo” porque pensaron que estaban libres de la responsabilidad de educar moralmente a las futuras generaciones porque el Estado, a través de la Escuela, ya se hacían cargo de eso de una vez y para siempre. Ja.

La segunda cosa es que a los políticos de “derechas” les faltó tiempo para comprar la mercancía envenenada de la, así llamada, “izquierda”. Eso que dice Losantos de que el PP está lleno de maricomplejines no es de estos años, ha sido así desde hace décadas y décadas. Como pronto, desde la dictadura de Primo de Rivera. Y aún podríamos ir más atrás.

Y, finalmente, sépase que si esa muchacha es una psicópata o sociópata, terminología en desuso y desaconsejada por la comunidad médica pero muy empleada por las películas y series de TV, eso implica que da lo mismo la educación y el entorno que hubiera tenido, antes o después habría aflorado el monstruo que llevaba dentro. Es cierto que vivimos tiempos en los que la temática y estética “siniestra” son cada vez más visibles y comunes, pero un asesino de esos que son incapaces de sentir pena o dolor por el sufrimiento ajeno sólo necesita una pequeña excusa, una insignificante chispa para estallar y llevarse por delante a cuantos pueda.

Los valores (no-valores, más bien) del relativismo moral y toda la morralla que nos han colado no crean los monstruos, sino que los fertilizan, les hace crecer más fuertes y más rápidamente. Lo cual no parece menos malo.