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Emilio Campmany

Eguiguren convence a Rajoy

Es triste ver a un hombre que, frente a un Chamberlain, pudo ser un Churchill y prefiere ser un Daladier.

Jesús Eguiguren fue el Bruto que asesinó a Nicolás Redondo Terreros. No ciñe la corona de lehendakari por haber sido condenado por maltrato, pero, sin esa condena, vestiría hoy la púrpura. Fue además el hombre de confianza de Zapatero en la negociación con ETA durante la pasada legislatura. Pues bien, Eguiguren ha concedido una entrevista al Diario Vasco para rechazar que el Gobierno siga negociando con ETA. Más concretamente ha dicho: "Cuando [Mayor Oreja] habló, no tenía ni puñetera idea de lo que estaba hablando". Al parecer, él sí sabe de lo que está hablando. Sin embargo, el guipuzcoano a preguntas del entrevistador contesta en cuatro ocasiones: "No tengo ni idea", "no lo sé ni si lo sabrá la Policía", "no lo sé" o simplemente "no sé". No está mal para alguien que dice que Mayor Oreja no tiene ni puñetera idea.

Eguiguren sostiene que el problema es interno del "mundo" abertzale. Según él, son ellos quienes tienen que decidir quién manda, si la ETA, que quiere continuar atentando, o Batasuna, que quiere dejar de hacerlo. Esta manera de ver las cosas ignora que en ese "mundo", como les gusta a los socialistas vascos llamar a los terroristas, siempre han mandado los de las pistolas. Entre otras cosas, porque los que no las empuñan no son diferentes, sólo carecen del valor para disparar y porque la organización terrorista necesita un brazo político que infiltrar en las instituciones políticas vascas. Y la cabeza no puede estar subordinada al brazo. Más bien será el brazo el que esté subordinado a la cabeza. Ahora, es posible que Eguiguren no esté mintiendo y sea sincero cuando afirma creerse esa patraña de que los batasunos quieren dejar las armas y los etarras no, y hay que esperar a ver quién gana.

Lo que no se cree ni él es lo que dice de los mediadores internacionales: "Hay que aclarar que no son mediadores, sino abogados de parte, asesores de Batasuna para ver de qué forma pueden iniciar otro proceso o volver a la legalidad. No pueden exigir contrapartidas al Gobierno. Tienen que exigírselas a su parte". O sea, que es Batasuna quien paga los salarios de esos mediadores. A otro perro con ese hueso. Puede que fuera ETA quien exigió la presencia de los mediadores y puede asimismo que fuera ella quien los eligiera. Lo que es seguro es que quienes los pagan, somos nosotros, los españoles, a través de nuestro Gobierno. Y si siguen dando la tabarra con que hay que sentarse a dialogar, es porque siguen cobrando. ¿Por qué siguen haciéndolo si se supone que ya no hay interés en negociar? Que nos lo explique Eguiguren, pero se le agradecería la caridad de que lo hiciera sin recurrir al "toco mocho" de que los negociadores internacionales son un apéndice de Batasuna.

Rajoy, sin embargo, le cree. El gallego dice ahora estar convencido de que el Gobierno no negocia con ETA. Para mí que le han prometido, a cambio de su discreción durante el proceso, compartir los laureles de la paz, si es que la paz llega. Y no se da cuenta de que no serán laureles lo que habrá para compartir, sino el agrio sabor de la claudicación ante una banda terrorista. Es triste ver a un hombre que, frente a un Chamberlain, pudo ser un Churchill y prefiere ser un Daladier.

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