Hace ya tiempo que las universidades han violado su etimología. El conocimiento universal, orígen y bandera de estas instituciones, es contrario a lo local, al nacionalismo y sus sectarios postuladores que en nuestros tiempos okupan aulas magnas, claustros y rectorados. La universalidad de lo hablado, leído y escrito entre esas paredes era su razón de ser y, eliminada esa pluralidad, carece de sentido su existencia. Una universidad sin libertad se transforma en una fábrica de ingorancia y vasallaje. Descanse en paz el saber ecuménico.
Por desgracia este artículo está cargado de razón.
Inaudito lo de la periodista de El Mundo en Cataluña, en cuyo caso: ¡que les den!
Soy lector de "El Mundo" desde su fundación y antes lo fuí de "Diario 16". Tengo a Pedro J. Ramírez por uno de los mejores comunicadores y credores de opinión de este país. Pero la publicación de este artículo en la edición de Barcelona me parece inadmisible. Por primera vez en mucho tiempo hoy no he comprado "El Mundo" y por el momento y salvo que medie una rectificación expresa por parte de la dirección de este medio, seguiré en esta actitud. !,20€ que me ahorro.
Envío aquí el mismo comentario que acabo de poner en la noticia original:
Veo que algún medio intenta retorcer el asunto y presentar a LD como malvados agresores que, con su doble vara de medir, quieren atacar la libertad de expresión de la pobre redactora de El Mundo, que ha cometido el terrible pecado de pensar diferente y decir que "los extremos se tocan":
_http://www.eldebat.cat/cast/viewer.php?IDN=28198
Afortunadamente, también veo que todos los comentarios, tanto en español como en catalán, apoyan a LD y se oponen a la energúmena de El Mundo.
Un saludo.
Da la cara, Pedro Jota
totalmente de acuerdo y todo ello con el agravante del lugar.En la UNIVERSIDAD deberían poder hablar el mismísimo Hitler o Stalin(eso si,a la salida les estaría esperando la Guardia Civil),sinó no tenemos Universidad tenemos ¿institutos? ¿academias?.Lo que yo ya no tengo es un pais que me de seguridad ni mucho menos del que pueda sentirme orgullosa
Entiendo que se haya incluido el berrido de esa plumífera apestosa e inculta como muestra de respeto a la libertad de expresión por parte de "El Mundo". Lo que ocurre es que, si ya toda la prensa catalana se dedica al aplauso incondicional del burro y sus burricies, duele ver muestras de lo mismo en un diario tan dignamente crítico con ese animalario nacionalista.
No obstante: "Eso es lo que hay". En eso ha derivado el seny catalán.
Es la cara y la literatura que se produce en la caverna.
Ocupados en la defensa del toro, no tienen inconveniente en agredir al ser humano libre.
Que nadie se equivoque: el asunto está bastante más podrido en Cataluña que en el País Vasco porque, mientras allá los malos dejaban rastros de sangre -fácilmente reprobable- aquí han estado machacando sibilinamente a los niños de las escuelas, a los trabajadores, a las clases medias, a la gente normal y, siempre, a la chita callando, al más puro estilo "pellizco de monja" -que para algo el clero está por la extensión de la burricie-, que deja marca, pero, no visible fácilmente.