En cualquier caso Don Pio, el asunto de estos últimos premios que están dando a los chequistas, demuestra su teoría: el asunto de la memoria histórica es tan solo, amen de una forma de reabrir heridas y enfrentar a los españoles, es intento de confundir a las víctimas de la guerra civil (me da igual el bando), con los asesinos.
Este Macarro es una de las últimas escorias vivas que quedan en nuestro país, junto a la momia Carrillo.
Convendría publicar las "hazañas" cometidas por este frío criminal en la zona de Alcalá, para que sepamos cuanta más gente mejor, cual es la calaña de este asesino, no muy distinta de la de Alberti, Carrillo y otros más.
No hay que olvidar que son unos repugnantes asesinos y muchísimo menos, premiarles.