Se ha celebrado estos días el Sexto Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo, organizado por el Observatorio Internacional de Víctimas del Terrorismo de la Fundación Universitaria San Pablo CEU. Esta vez en Salamanca. Buena gente la del CEU San Pablo. Llama la atención la presencia en el Comité de Honor del mismísimo don Alfredo Pérez Rubalcaba en calidad de ministro del Interior; vamos, del Interior del chivatazo policial a la ETA del bar Faisán. ¿Se habrá inclinado la organización por el humor negro? Hombre... hasta queriendo ser muy muy piadoso, se me hace incompatible la nominación de Rubalcaba con el decoro. Será un error. Si bien, el Gobierno del mendaz Zapatero ha sido representado físicamente por su ministro Caamaño. Salvo que la información de mis espías paraguayos falle, el titular de Justicia no ha revelado cosa alguna sobre por qué demonios ni Rubalcaba, ni Zapatero ni él mismo tienen ningún empeño en detener al jefe etarra y contertulio de la negociación Josu Ternera, localizado hace meses en Italia.
Me comunican que también el líder popular, Mariano Rajoy, ha honrado a los concurrentes con su presencia. Tras disculpar la ausencia de ZP –qué menos– ha rehusado aportar ningún dato acerca del silencio de su formación política respecto del mismo espinoso asunto de Ternera y de la zapateresca impunidad que lo ampara. Por otro lado, mis fuentes aseguran que el gallego sigue mostrando una pertinaz resistencia a desvelar el contenido de los acuerdos que en materia de terrorismo cerró con el presidente del Gobierno en 2008, así como a responder preguntas relativas a las sospechas que sobre él recaen por el asolamiento de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, por tanto, de la Rebelión Cívica. ¡Pero qué digo! Eso debe ser un error de mis informantes, pues estoy completamente seguro de que nadie le habrá inquirido por esa bobada. Nonadas. El cachete a ZP que líneas arriba evitó el popular se lo dio una víctima/político del aparato pepero. Pero vaya, que tampoco de lo de Ternera y del silente papel de su propio partido y de la AVT debe saber nada la criatura. Así que se guardó en el bolso –supondré que para mejor momento– el cachete a Mariano. Otra vez será, ¿verdad hija?
La AVT aún no ha explicado las bondades de la política autodestructiva emprendida en la presidencia de García Casquero. Ha sido vista su vicepresidenta, Ángeles Pedraza, charlando en corrillo, pero parece que no ha tenido a bien disertar sobre las excelencias de la pasmosa pasividad de la junta directiva que tan dignamente vicepreside. Se ignora por qué la AVT no dice ni "mu" ante la evidencia de que a Zapatero y a Rajoy se la sopla el paradero de Ternera. ¿Será que a la Junta de la AVT se la sopla? Hombre, eso estaría mu malamente. En cualquier caso, los circunstantes quedaron admirados por las excelentes relaciones que la actual AVT mantiene con la calle Génova y con la calle Ferraz. Gente modosa. Si serán modosos que tampoco a Garzón le han montado un circo –ni mucho menos, hombre– por la faisanada. Modosos como los mandarines del pepé, vaya. Y así, en esa sintonía perfecta, cuentan que a la salida soltaron esta perla: no hay nada como estar despolitizados pa´ llevarse bien con to´ dios. Y la unidad, hijos e hijas, la unidá de las víctimas. Amigo lector, ya casi todas nuestras asociaciones de víctimas están totalmente despolitizadas, Deo gratias. El buen rollito y la subvención no tienen color político. La política pa´ los políticos o pa´ los ciudadanos ¿qué no? Nosotros somos víctimas, nada más, afirmaba enfáticamente con su voz engolada una víctima, habitual de la cosa.
No se ha visto por allí a Francisco José Alcaraz. Parece que no ha acudido. Bueno, convendrá conmigo el lector en que es un tipo incorrecto, algo malvado, incómodo en estas reuniones de bien. Ciertamente fue el capacico de las hostias durante la negociación. De los de enfrente y de medio lado. Incluso de algunas víctimas cuya actitud supuso una inmejorable colaboración con el proceso de negociación de ZP y la ETA. Otras lo han hecho ya en el tardozapaterismo al socaire de la calle Génova, por ejemplo. Pues algunas de ellas sí que han participado, y muy contentas, en este Congreso. Y parlaban que pelillos a la mar, que Alcaraz y su jodida Rebelión Cívica se saquen los puñales de lo alto de la espalda como puedan. Apostillaron con el reclamo de un café con leche... y bollito, por favor.
Otro que no ha asomado la nariz por Salamanca es José Antonio Ortega Lara, el hombre que hace unos meses, al recoger el premio "La puerta del recuerdo" que otorgaba el CEU, largó poniendo a PP, PSOE y AVT cual no digan dueñas. Hubo entonces quienes criticaron al hombre. Decían que fíjate si no ha tenido José Antonio días para decir lo que piensa y se le ocurre soltarlo aquí y ahora, en el careto de los aludidos que, por otra parte, tan adecuadamente ornan la reunión. Hasta alfombra roja dicen que había. El principal defecto de José Antonio consiste en su funesta manía de decir lo que piensa. Y eso conlleva algún inconveniente. Total, que tampoco José Antonio ha hecho acto de presencia en el Congreso. ¿Imagina el lector si le da por largar como hace unos meses? ¡Hombre, por Dios! Si las propias víctimas del terrorismo que se dan cita no se quejan por la liquidación de la Rebelión Cívica, a qué tocar las narices al personal. Hay que ser prácticos. Si aquí empezamos a largar y aflora demasiado el significado político y ciudadano de la víctima, lo mismo se arma una zapatiesta y es el último año que se celebra el Congreso, hombre de Dios. Que nos dejan sin peana.
Hablan algunos, y no paran, sobre la vibrante a la par que mesurada intervención de su Alteza Real Don Felipe. La deseable mesura de la Familia Real, la que con galanura exhibió durante los años del proceso de negociación de ZP y la ETA. Mientras muchas víctimas eran escarnecidas e insultadas por su oposición a que el Gobierno mercara con nuestros muertos, la Corona estaba en su puesto, sin bajarse al fango, como debe ser, como de normal suele ser. Tan suele ser así que sólo en una ocasión, una y no más, se le ha ocurrido a Don Juan Carlos quebrantar el tácito precepto de no alabar a un presidente de la democracia en activo. Se le escapó con ZP. Pero eso, que se le escapó. Cosas suyas. Va a tener razón mi amigo Agapito Maestre cuando dice que la monarquía en España es un asunto entre el PSOE y Don Juan Carlos. No sé, no entiendo de esas cosas, pues que yo sólo soy una probe vístima. Por otra parte durante la referida negociación y persecución a las víctimas díscolas, que se sepa, nadie dio vela a S.M. en el entierro.
Concluyendo. Todo precioso y emocionante. Y el personal con elcleenexen la mano a cada paso. Al final todos contentos en Salamanca e incluso tomando alguna cosilla juntos. El otro día me preguntaba una amiga si yo asistiría a este Congreso. Con la misma inocente sinceridad que caracteriza a estas líneas, proclamé que me daba mucha pena penita pena perdérmelo. Total, que lo he intentado pero no he llegado a tiempo. Los canapés ya fríos y el vino caliente. Desolador.