El verdadero efecto espeluznante e irrefragable de la EpC es haber otorgado, con timbre oficial, condición de archimandritas del nuevo culto a todos los tontos y zumbados que hasta entonces se mantenían callados en España.
José Antonio Martínez-Abarca
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Erbilyos dijo el día 3 de Febrero de 2010 a las 07:46:
Mucho me temo que estas zarandajas de la zoofilia y similares solo son distracciones, para que la indignación y las protestas se ceben en ellas en lugar de ir a la cuestión central: la mismidad, como tú dices, de la EpC, ese engendro orwelliano cuyos contenidos están pergeñados por cenutrios, es cierto, pero cenutrios sectarios al fin y al cabo. Conocí algunos en la universidad, que es donde más abundan. Por cierto, hablando de la universidad española, yo diría que las carreras técnicas y científicas todavía tienen un pase, pero los departamentos de ciencias sociales y ciencias de la educación (es decir, las "no ciencias") son un nido de miasmas que pide como agua de mayo un buen fumigado a fondo. Hay una alta concentración de cenutrios sectarios por esos andurriales, incluyendo al alumnado, por supuesto. Es un fenómeno propiciado por nuestro deficiente modelo universitario, donde toda mediocridad tiene su asiento.
Lástima que ahora no hay ningún Roger Waters que diga: "leave our kids alone", con mucho más motivo que cuando lo decía él.
Tanta psicosis colectiva con los pederastas para luego acabar en esto. Temo que empiecen a reproducirse escenas caseras como aquella de Doctor Zhivago en que la hija de Lara, que era una niña que iba al colegio, reprendía al protagonista por su ignorancia en materia de EpC, versión soviética.
Y lo peor, aparte de la pasividad resignada de la mayoría silenciosa, acostumbrada a encogerse de hombros ante cualquier atentado a su libertad (libertad por la que sienten poco apego), es que no se vislumbra una alternativa consistente en la eliminación de esa asignatura, gobierne quien gobierne.
Mucho me temo que estas zarandajas de la zoofilia y similares solo son distracciones, para que la indignación y las protestas se ceben en ellas en lugar de ir a la cuestión central: la mismidad, como tú dices, de la EpC, ese engendro orwelliano cuyos contenidos están pergeñados por cenutrios, es cierto, pero cenutrios sectarios al fin y al cabo. Conocí algunos en la universidad, que es donde más abundan. Por cierto, hablando de la universidad española, yo diría que las carreras técnicas y científicas todavía tienen un pase, pero los departamentos de ciencias sociales y ciencias de la educación (es decir, las "no ciencias") son un nido de miasmas que pide como agua de mayo un buen fumigado a fondo. Hay una alta concentración de cenutrios sectarios por esos andurriales, incluyendo al alumnado, por supuesto. Es un fenómeno propiciado por nuestro deficiente modelo universitario, donde toda mediocridad tiene su asiento.
Lástima que ahora no hay ningún Roger Waters que diga: "leave our kids alone", con mucho más motivo que cuando lo decía él.
Tanta psicosis colectiva con los pederastas para luego acabar en esto. Temo que empiecen a reproducirse escenas caseras como aquella de Doctor Zhivago en que la hija de Lara, que era una niña que iba al colegio, reprendía al protagonista por su ignorancia en materia de EpC, versión soviética.
Y lo peor, aparte de la pasividad resignada de la mayoría silenciosa, acostumbrada a encogerse de hombros ante cualquier atentado a su libertad (libertad por la que sienten poco apego), es que no se vislumbra una alternativa consistente en la eliminación de esa asignatura, gobierne quien gobierne.