Aquí quien no ha estado "en su sitio", y quien merecería una sanción, es Cospedal. Tanto por su traición a los compromisos hídricos del PP, como por su incoherencia respecto a lo que defiende su partido en referencia a la energía nuclear
Guillermo Dupuy
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HispanoL dijo el día 2 de Febrero de 2010 a las 01:43:
El tener unos principios firmes y claros no es sólo una cuestión de honestidad y honradez sino que es crucial para mantener un discurso coherente y una capacidad de análisis de la realidad.
El no tenerlos y no respetarlos solo conduce al pensamiento desordenado y al discurso incoherente.
La libertad del individuo y dentro de ella la libertad de mercado son principios a respetar amparados por el realismo, son el único camino hacia la prosperidad.
Poner a los territorios o a los gremios por encima del individuo solo conduce al fracaso económico, social y político.
No se puede defender que un territorio sea propietario del agua
No se puede defender que un idioma tenga derechos sobre un individuo (ni siquiera esto han tenido claro).
Y si se cree en la energía nuclear hay que defenderla abiertamente, no con vericuetos.
Y contra lo que un progre pueda pensar, la derecha tiene los princpios. Al progre ya no le queda nada, una vez caído el marxismo ya no hay discurso coherente para ellos. Solo les queda buscar molinos de viento contra los que cargar y fingirse defensores de lo que nunca fueron y siempre violaron: las libertades y la democracia de la que se mofaban sus antepasados políticos.
Barbaneg dijo el día 1 de Febrero de 2010 a las 22:54:
¿Nucleares?....¡Sí, por supuesto! (al menos, antes que nos "ventilen"los bolsillos con las eólicas)
El tener unos principios firmes y claros no es sólo una cuestión de honestidad y honradez sino que es crucial para mantener un discurso coherente y una capacidad de análisis de la realidad.
El no tenerlos y no respetarlos solo conduce al pensamiento desordenado y al discurso incoherente.
La libertad del individuo y dentro de ella la libertad de mercado son principios a respetar amparados por el realismo, son el único camino hacia la prosperidad.
Poner a los territorios o a los gremios por encima del individuo solo conduce al fracaso económico, social y político.
No se puede defender que un territorio sea propietario del agua
No se puede defender que un idioma tenga derechos sobre un individuo (ni siquiera esto han tenido claro).
Y si se cree en la energía nuclear hay que defenderla abiertamente, no con vericuetos.
Y contra lo que un progre pueda pensar, la derecha tiene los princpios. Al progre ya no le queda nada, una vez caído el marxismo ya no hay discurso coherente para ellos. Solo les queda buscar molinos de viento contra los que cargar y fingirse defensores de lo que nunca fueron y siempre violaron: las libertades y la democracia de la que se mofaban sus antepasados políticos.