Desde hace medio siglo Massachusetts no elegía un senador republicano. La muerte de Ted Kennedy pronosticaba que su sucesor sería otro político socialdemócrata, estrechamente ligado a la agenda del presidente Obama, sobre todo en estos tiempos donde cada voto en el Senado se hace sumamente necesario para poder pasar la radical agenda política de Obama. Esa candidata sucesora, dispuesta por la maquinaria demócrata en Massachusetts era la socialdemócrata Martha Coakley, favorita en las encuestas hasta hace apenas un mes. En las últimas cuatro semanas, sin embargo, un político hasta ahora desconocido a nivel nacional, el republicano Scott Brown, le dio la vuelta a la campaña sobre la base de unos principios y valores claramente alejados del Gran Gobierno que propone Obama y el Partido Demócrata. El pueblo de Massachusetts ha escuchado y ha votado masivamente al republicano Scott Brown, otorgándole un triunfo sustancial, con casi cinco puntos porcentuales de ventaja y más de 100.000 votos más a su favor entre los poco más de dos millones de votantes en el tradicionalmente socialdemócrata estado de Massachusetts.
La victoria de Scott Brown resulta histórica no sólo por el margen de victoria y por tener lugar en un estado como Massachusetts. Su victoria puede leerse en triple clave política. En primer lugar, supone el triunfo de la democracia representativa norteamericana donde el pueblo soberano decide y donde quita y pone a sus representantes según el sujeto soberano –o sea la ciudadanía– juzgue apropiado para los intereses de su ciudad, su distrito, su estado y su nación. En segundo lugar, el histórico triunfo estatal tiene resonancias a nivel nacional y supone un rotundo "No" a la agenda intervencionista y unilateral de Obama y los demócratas, así como a sus intentos de aprobar precipitadamente paquetes económicos y leyes como la de la mal llamada reforma sanitaria. En tercer lugar, abre la puerta para posibles y más amplios triunfos del GOP en las elecciones intermedias de noviembre, confirmando así que los triunfos republicanos hace unos meses en New Jersey y Virginia no fueron anecdóticos. En menos de un año con Obama en la Casa Blanca, los norteamericanos entienden ya el error que fue elegir a Obama y dar la mayoría a los demócratas en el Congreso. ¿Quiénes dijeron que el conservadurismo norteamericano estaba muerto?