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Fin de la política

Donde no hay seriedad ni coherencia política por parte de los gobernantes, como es el caso de Zapatero y sus ministros, la política es casi aniquilada. En su lugar sólo queda la vida privada, naturalmente, hasta allí donde es tolerada.

berdonio dijo el día 15 de Enero de 2010 a las 17:52:

¿La política ha muerto?. Así se pudra. Viva el mercado. Si ZP consigue que la gente acabe odiando la política habrá rendido un involuntario servicio a la sociedad, no cabe duda.

Todavía sigo esperando que alguien me explique en serio las bondades de la política sobre el mercado, es decir, de la coacción y el mandato sobre la libertad y la ley.

Si la política decente exige unos etéreos “vínculos mínimos con los otros”, una mínima condición de coherencia y seriedad que nadie es capaz de tasar objetivamente pero todos aseguran reconocer en cuanto ven y que no puede ser otra cosa que limitación de lo político, tenemos un problema de incoherencia: la política decente tiene que auto reprimirse, tiene que moderar sus ansias, tiene que ser menos política.

¿Por qué no empezamos a reconocer que la política es un mal, más o menos circunstancial e interesadamente necesario, pero un mal? O si no, háganme un discurso coherente sobre la virtud política, que no podrá ser otro que el de negación de la libertad. Perdonen, pero algunos somos cuadriculados, nunca hemos entendido a los artistas del “sí pero no”

lluviaen dijo el día 15 de Enero de 2010 a las 11:28:

D. Agapito, la política no requiere libertad para ejercitarse. La política, que se mire como se mire, es la lucha por copar el poder, puede realizarse sin contar con muy poca o ninguna libertad. Mírese a Franco, Stalin, Chávez o Castro: sustentan regímenes políticos donde la libertad existe, pero sólo para uno.

En lo que tenemos en España desde 1978, la libertad sigue existiendo, pero la tienen secuestrada para su disfrute exclusivo las cúpulas de los partidos políticos. O sea, no hay libertad política en la sociedad civil, nada, cero.

Todo aquello que se otorga sin ganártelo, no puede ser nunca libertad. Si te la dan, es otra cosa. Un ejemplo que prueba lo que digo: se dice que hay libertad de expresión, cierto, pero te la dan porque previamente han privado a los mass media de una libertad previa a esa y mucho más importante: la libertad de pensamiento. Sin libertad de pensamiento, ya me puedes dar toda la libertad de expresión que quieras que no sirve para nada.