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José Antonio Martínez-Abarca

Aparece otro calzoncillo

La SER ofrece otra de sus exclusivas que hacen subir el pan y provocan la carestía de calzoncillos en barrios multiétnicos, dado que los suicidas deben arroparse con varios pares de blanca candidez antes de lanzarse a llenar de sangre Occidente.

Sería tan excesivo afirmar que Al Qaeda dispone de ideólogos como que la cadena SER guarda en su armario (el de la célebre fonoteca) periodistas de investigación. Siempre me ha parecido exagerado que a grupos de amiguetes zumbados desde la infancia por los cabezazos sobre el Corán en las madrasas tengan categoría de "autores intelectuales" de algo y que un emporio periodístico que investiga sin salir de la redacción (o peor, sin salir del despacho del director, el cual a su vez no sale de la consigna dada) tenga "exclusivas". Uno le tiene algo de más respeto a las palabras.

Hitos inmarcesibles en la "investigación" dentro del grupo al que pertenece la SER serían la tremenda revelación de que Jaime Campmany había sido director del periódico del Movimiento Arriba, lo del sobrino de la prima del viandante del transeúnte del cuñado del turista que había sido visto en un sitio en el que una vez dejó sus huellas dactilares el entonces presidente valenciano Zaplana o la bigarda epopeya de denuncias durante la época de Roldán, Aída Álvarez o los GAL, cuando El País, por extrañas y aún no explicadas razones, lo que publicaba era sólo la sana y sonrosada información de lo que estaba pasando en la casita de Heidi en Liechtenstein, no en España.

Ahora la SER ofrece otra de sus exclusivas que hacen subir el pan y provocan la carestía de calzoncillos en barrios multiétnicos, dado que los terroristas suicidas deben, como se sabe, arroparse con varios pares de blanca candidez antes de lanzarse a llenar de sangre Occidente. Un tipo llamado Hamam Jalil Al Balawi, también conocido como Abu Dujana Al Khorasani menos a la hora de comer en su casa, siendo entonces Abu Dujana El Afgani, autor de la muerte de siete agentes de la CIA, habría estado según la SER detrás de los atentados del 11-M. Pero detrás de los atentados del 11-M ya parece estar hasta Scooby-Doo.

La CIA no ha venido pensando nada de esto, puesto que los presidentes norteamericanos, incluido Obama, se suelen olvidar misteriosamente del 11-M en punto de conmemorar atentados de Al Qaeda en el mundo. Cierto que de los servicios de inteligencia norteamericanos no te puedes fiar, y de Obama no mucho más, puesto que de los únicos que no sospechan como terroristas son los agentes dobles e imanes que parecen del todo terroristas, y resulta que lo son. Pero menos vas a fiarte de la SER, que tiene las palabras dejadas por los insignificantes perturbados capaces de reivindicar hasta el tsunami asiático como si el mismísimo Alá se las hubiese dejado en prenda en la emisora.

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