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Amando de Miguel

Sigue la polémica de las lenguas regionales

La tradición literaria del bable o del vasco es mucho menor que la del catalán o el gallego. Nadie tiene que ofenderse. La mayor parte de los idiomas del mundo ni siquiera se escriben.

En España hay varias lenguas; una de ellas es de verdadera comunicación internacional. Lo que tendría que ser una riqueza cultural es una fuente de conflictos.

José María Vallecillo Rodríguez ha recopilado un diccionario de términos populares utilizados por los zamoranos, pero no encuentra editor. Vamos a ver si con esta noticia se conmueve alguna institución y se puede publicar ese diccionario. Conozco una obra parecida, la de Francisco Rodríguez Pascual, La palabra y las palabras (Zamora: Editorial Semuret, 2002). Hay muchos ejemplos de diccionarios regionalistas. Mi amigo y paisano Ramón Carnero ha recogido un rico vocabulario de la Tierra de Sayago.

José Antonio Martínez Pons ha estado en Ponferrada (León) y ha descubierto que están reivindicando el "Llionés" como una "lingua" propia. Don José Antonio opina que se trata de una reconstrucción arqueológica. Entiendo que, de la misma manera, en Zamora hay un intento de reconstruir la "lingua zamorana". Los disparates nacionalistas nunca van solos. ¿Por qué no reinventar el guanche o el ibérico?

José María Navia-Osorio disiente de mi afirmación al registrar el hecho de que no se ha dado el premio Nobel a ningún escritor catalán, vasco o gallego. El de Oviedo sostiene que sí se ha dado algún premio Nobel a escritores en lenguas minoritarias, a Isaac Singer (yidis) o Halldor Laxness (islandés). Bien, es así, y se podría añadir Frédéric Mistral (occitano o provenzal). Sin embargo, son casos excepcionales que se han dado más bien por razones políticas. Aun así, insisto en que el premio Nobel debería concederse alguna vez a un escritor en catalán o gallego, lenguas con una gran tradición literaria.

José Aquilino Fernández Cid considera "ofensiva" mi afirmación de que no hay premios Nobel a escritores en bable, catalán, vasco o gallego. No sé por qué tiene que ofender un hecho. Es más, queda dicha mi opinión al respecto. La tradición literaria del bable o del vasco es mucho menor que la del catalán o el gallego. Nadie tiene que ofenderse. La mayor parte de los idiomas del mundo ni siquiera se escriben.

Javier Pereda me pregunta si merece la pena comprar la Nueva Gramática (Espasa) o basta con leer estos retazos de Libertad Digital. Hombre, son cosas muy distintas. La Nueva Gramática es una gran obra de consulta. Añádase el complemento de la Ortografía de F. Marcos Marín y P. España (Biblioteca Nueva). Pero esos son textos prescriptivos; enseñan a valorar si un texto está bien o mal escrito. Lo mío es otra cosa. No sé ni qué nombre tiene. Pero mi libro La magia de las palabras (Infova) se plantea el habla como un hecho social que está ahí, y que hay que explicar, tanto el origen como la función que cumple. Esa cosa podría llamarse "glosología" si tuviera una pretensión científica.

José Manuel Antón de la Calle (Oviedo, de origen vallisoletano) reconoce que ahora existe una gran concordancia entre los escritores bablistas y los que escriben en castellano. Me gustaría saber cuántos escritores bablistas hay ahora (que escriban sólo en bable).

Pedro Gómez (Texas, USA) discrepa con el tratamiento que doy al catalán de "lengua regional". Don Pedro sostiene que el catalán lo hablan varios millones de personas y, por tanto, no es meramente regional. No creo que importe mucho el número de hablantes para definir un idioma como nacional o regional. Cataluña nunca ha sido un Estado nacional ni nada que se le parezca (por ejemplo un reino, como en el caso de Navarra). El irlandés, el islandés o el maltés son idiomas nacionales, aunque el número de hablantes de cada uno de ellos sea muy reducido. Es claro que Irlanda, Islandia o Malta son naciones en toda regla, aunque hayan sido colonias alguna vez. Lo de "regional" no es ningún demérito. 

Mercedes me pregunta por la palabra "aunecer", que se emplea mucho en La Rioja en el sentido de "hablar no muy bien". No tengo ni idea de dónde puede venir esa voz. Vamos a ver si algún "riojólogo" nos da alguna luz sobre el particular.

Antonio Requena se refiere a los defensores de las lenguas regionales en España como "linguocidas", es decir, están matando las lenguas que dicen defender. Don Antonio opina que no se debe forzar el habla de una lengua más allá de la realidad.

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