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¿Quién no es mejor que su propia biografía?

Durante la guerra y la posguerra fueron franquistas devotos; después –sobre todo después de que los Aliados ganasen la guerra– cambiaron, poco a poco o con rapidez, sus principios y convicciones hasta llegar adonde llegaron.

Comunita dijo el día 4 de Enero de 2010 a las 21:28:

Sr. Moa, si fuera Vd. tan amable de hacer un comentario POLITICO sobre el Nobel Camus. Agradecido.

gelaziho dijo el día 4 de Enero de 2010 a las 15:21:

Puestos a recordar limpiezas de biografías, recuerdo que mi padre siempre se enorgulleció de que Adolfo Marsillach fue compañero suyo en el Frente de Juventudes, compartiendo vivencias, ilusiones y hasta ideología. La sorpresa vino unos años después, cuando el gran actor empezó a desbarrar sobre que siempre había sido de izquierdas, antifranquista y todas esas lindezas, supongo que para hacerse disculpar su pasado azul. El único problema en estos casos es que puede haber alguien que pueda rebatirle esas ansias izquierdistas en pleno franquismo, y algunos compañeros suyos de milicia le tuvieron que recordar que estuvo en el Frente de Juventudes, y añadiendo en qué escuadrón, en qué centuria y quiénes eran sus compañeros.
Ante tales datos, Marsillach sólo balbuceó que sí, era cierto, pero que sólo iba con los flechas "porque allí le daban pan con chocolate". Lástima que los mismos que le refrescaron la memoria tuvieron que decirle, medio en serio y medio en cachondeo, que a ver cómo se lo hizo, pues siempre iba con ellos y a lo mas que aspiraban era pan con membrillo; chocolate, ni verlo.
Lo más gracioso es que algunos de estos intelectuales fueron utilizados, en realidad, como tontos útiles, pues una vez llegó la izquierda al poder recibieron una buena patada en el trasero, cosa que por otro lado tenían bien merecida. Y es que algunos no aprenden

Solemno dijo el día 4 de Enero de 2010 a las 12:14:

Respecto a lo que indica LeonAnto sobre Torrente Ballester, yo todavía conservo mi ejemplar de el "Aprendiz de Hombre". Se trata de textos clásicos (y no tan clásicos) comentados por el autor. Así, en la página 199, en el epígrafe titulado "Dignidad ante la muerte" reproduce en su totalidad el testamento de José Antonio, que presenta de la siguiente manera:
"Leed en las páginas que siguen el testamento de José Antonio Primo de Rivera. Fue escrito, como sabéis, la noche antes de su muerte, y os servirá para aprender cómo debe morir un hombre, y, sobre todo, cómo el valor puede revestirse de sencillez y hasta de elegancia. José Antonio supo morir y, con su muerte, legó un ejemplo a los españoles. No hizo frases, ni desplantes, ni escenas teatrales. Murió como un cristiano y como un caballero. Murió como un hombre."
Caramba, es emocionante. ¿Será esta clase de muerte la que prefieren los de "morir antes que matar"?

LeonAnto dijo el día 3 de Enero de 2010 a las 23:09:

Respecto a Torrente Ballester, aún me acuerdo de su libro "Aprendiz de hombre", de la asignatura de Formación del Espíritu Nacional (F.E.N.), creo recordar de 2º de Bachiller (Plan de 1957).

Otra muestra de la evolución de los personajes, a raíz de la victoria aliada, es la anécdota que me comentó un amigo mayor, se encontró, saliendo del cine, en Barcelona, hacia 1946 o 1947, al padre del Pintor Tapies (otro que tal), abogado vinculado, antes de la Guerra Civil, a la Lliga; durante la contienda civil y postguerra, había sido franquista hasta la médula, pero en esos días comenzó a despotricar, ante mi amigo, contra Franco y su régimen, que si las cosas iban mal, que si los aliados no nos perdonarían, a lo que mi amigo que no era de Franco ni mucho menos, le espetó: " Si ya, pero bien que Vd. iba desfilando por ahí con camisa azul", a lo que el otro le contestó: ¡No m'ho recordis, no m'ho recordis"! (¡No me lo recuerdes, no me lo recuerdes!).