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Luis del Pino

La innecesaria guerra del agua

¿Qué tal si el PP al completo se pone a reclamar al Gobierno que no se tire por el Ebro un agua que a las demás comunidades autónomas españolas les hace falta, en lugar de enzarzarse en una pelea a muerte por las migajas?

Si enzarzarse en una guerra es malo, todavía peor es enzarzarse en una guerra completamente innecesaria.

Las hostilidades han estallado dentro del PP a cuenta del nuevo estatuto de Castilla-La Mancha, en el que se prevé una reserva estratégica de agua para la cuenca del Tajo de 6.000 hectómetros cúbicos (hm3). Esa reserva estratégica quiere decir que no se trasvasaría agua del Tajo a otras cuencas (Valencia y Murcia) mientras los embalses del Tajo contengan menos de 6.000 Hm3 de agua.

Para que nos hagamos una idea, a fecha de hoy (finales de diciembre), los embalses de la cuenca del Tajo en territorio español acumulan un total de agua aproximado de unos 3.500 Hm3, por lo que faltarían otros 2.500 Hm3 para poder tener cubierta la reserva estratégica. Y teniendo en cuenta que la cuenca del Tajo no tiene precisamente un enorme exceso de agua, la única manera de poder acumular más agua en los embalses sería cortando los trasvases que anualmente se realizan hacia la cuenca del Segura (unos 500 Hm3 por año).

Pero eso quiere decir que valencianos y murcianos se pueden ir olvidando de recibir una gota de agua del Tajo en los próximos cinco años, como mínimo.

No es de extrañar, por tanto, que Camps y Valcárcel hayan puesto el grito en el cielo y hayan amenazado con ordenar a sus diputados en el Parlamento español que voten en contra del estatuto de Castilla-La Mancha.

Rajoy ha convocado a Camps, Valcárcel y Cospedal para tratar de unificar posturas, con poco éxito. Así que la guerra entre el PP valenciano y murciano, por un lado, y el PP castellano-manchego, por otro, está servida .

Decía al principio que si enzarzarse en una guerra es malo, todavía peor es enzarzarse en una guerra completamente innecesaria. Y lo más triste es que esa guerra interna en el PP sería perfectamente evitable, si Rajoy y el PP tuvieran el valor de agarrar el toro por los cuernos y decir las cosas como son: que las cuencas del Tajo y del Segura son deficitarias, que hace falta agua no sólo en Valencia y Murcia, sino también en Castilla-La Mancha. Y que, mientras que la mitad sur de España se muere de sed, en la cuenca del Ebro sobra agua a raudales, agua que se tira al mar sin ningún pudor y sin que nadie la aproveche, gracias a que el PSOE se cargó por motivos puramente electoralistas el trasvase del Ebro.

En la gráfica siguiente se muestran los Hm3 sobrantes (es decir, una vez descontado el caudal ecológico necesario en el delta del Ebro) que se han tirado al mar anualmente, en los últimos 30 años (faltan los datos de algunos años intermedios, ya que no están completos en las series históricas disponibles):

Es decir, que en un año seco (como por ejemplo 2006), se tira al mar en la desembocadura del Ebro un sobrante de agua que bastaría para completar de una tacada esa reserva estratégica prevista en el estatuto de Castilla-La Mancha. En un año húmedo (como por ejemplo 2003 o 2004), el agua que se desperdicia a través de la desembocadura del Ebro es cuatro veces superior a esos 2.500 Hm3 que están motivando la guerra entre comunidades dentro del PP. En promedio (para los últimos 30 años) el sobrante de agua que se tira al mar anualmente es de 6.000 Hm3, es decir, equivalente al total de la reserva estratégica castellano-manchega.

¿Qué tal si el PP al completo se pone a reclamar al Gobierno que no se tire por el Ebro un agua que a las demás comunidades autónomas españolas les hace falta, en lugar de enzarzarse en una pelea a muerte por las migajas?

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