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Javier Pereda

La dictadura del feminismo radical

Nadie está negando que haya que erradicar la violencia de género, pero no a costa de caer en el otro extremo de injustamente al hombre. Las denuncias falsas contra hombres son una realidad que constatamos todos los días quienes ejercemos en los juzgados.

Al magistrado del Juzgado de Familia número 7 de Sevilla, por unas declaraciones que ha efectuado en un periódico nacional criticando la Ley de Violencia de Género, se le pretende abrir expediente disciplinario por el CGPJ, a instancia de la denuncia de una serie de Asociaciones feministas como la Federación de Mujeres progresistas, la Asociación de Mujeres Juristas Themis, la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas y el Departamento Confederal de la Mujer de UGT, por hacer uso del derecho a la libertad de expresión y decir que: "miles de hombres son detenidos por denuncias falsas" a la luz de una normativa inspirada en la "dictadura del feminismo radical".

No deja de sorprender a cualquier ciudadano normal, con rigor y conocimiento de este problema social, la evidencia de que esta Ley, sin ánimo de ser exhaustivos:

  1. No está logrando erradicar la lacra de la violencia en el ámbito familiar, antes bien, ésta sigue aumentando.
  2. Existe un desequilibrio tan patente en esta Ley a favor de la mujer, creándose una presunción de culpabilidad contra el hombre, que en muchos casos le produce indefensión.
  3. Nadie está negando que haya que erradicar la violencia de género, pero no a costa de caer en el otro extremo y tratar injustamente al hombre.
  4. Las denuncias falsas contra hombres son una realidad, y la opinión de ese magistrado la constatamos todos los días quienes ejercemos el derecho de defensa ante los juzgados.
  5. Ahora aparece la dictadura feminista con amplio eco mediático y social de lo políticamente correcto, que preconiza la lucha de clases en el seno familiar, y que este Gobierno está implantando con la ideología de género, y de forma farisaica se rasgan las vestiduras para arremeter contra quien discrepa de estos dogmas feministas radicales, so capa de protección de la mujer, llegando incluso a situaciones en las que se impiden posibles reconciliaciones familiares.
  6. Como el CGPJ expediente a este magistrado, entonces, apaga y vámonos; la justicia seguirá siendo un cachondeo, dominada por la intolerante ideología marxista de sexos en el ámbito de las relaciones familiares, maltratando, esta vez sí, a la propia familia.
  7. Es curioso advertir la diferente vara de medir de la "justicia" con este magistrado que se opone al proyecto de ingeniería social del feminismo radical con esta ley socialista, y la que se le dispensa, por ejemplo, al juez estrella Garzón, al parecer inmune a sus investigaciones sobre si Franco sigue vivo, y su compadreo con banqueros y políticos, sin abstenerse de conocer en asuntos de clara incompatibilidad legal.

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