Al magistrado del Juzgado de Familia número 7 de Sevilla, por unas declaraciones que ha efectuado en un periódico nacional criticando la Ley de Violencia de Género, se le pretende abrir expediente disciplinario por el CGPJ, a instancia de la denuncia de una serie de Asociaciones feministas como la Federación de Mujeres progresistas, la Asociación de Mujeres Juristas Themis, la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas y el Departamento Confederal de la Mujer de UGT, por hacer uso del derecho a la libertad de expresión y decir que: "miles de hombres son detenidos por denuncias falsas" a la luz de una normativa inspirada en la "dictadura del feminismo radical".
No deja de sorprender a cualquier ciudadano normal, con rigor y conocimiento de este problema social, la evidencia de que esta Ley, sin ánimo de ser exhaustivos:
- No está logrando erradicar la lacra de la violencia en el ámbito familiar, antes bien, ésta sigue aumentando.
- Existe un desequilibrio tan patente en esta Ley a favor de la mujer, creándose una presunción de culpabilidad contra el hombre, que en muchos casos le produce indefensión.
- Nadie está negando que haya que erradicar la violencia de género, pero no a costa de caer en el otro extremo y tratar injustamente al hombre.
- Las denuncias falsas contra hombres son una realidad, y la opinión de ese magistrado la constatamos todos los días quienes ejercemos el derecho de defensa ante los juzgados.
- Ahora aparece la dictadura feminista con amplio eco mediático y social de lo políticamente correcto, que preconiza la lucha de clases en el seno familiar, y que este Gobierno está implantando con la ideología de género, y de forma farisaica se rasgan las vestiduras para arremeter contra quien discrepa de estos dogmas feministas radicales, so capa de protección de la mujer, llegando incluso a situaciones en las que se impiden posibles reconciliaciones familiares.
- Como el CGPJ expediente a este magistrado, entonces, apaga y vámonos; la justicia seguirá siendo un cachondeo, dominada por la intolerante ideología marxista de sexos en el ámbito de las relaciones familiares, maltratando, esta vez sí, a la propia familia.
- Es curioso advertir la diferente vara de medir de la "justicia" con este magistrado que se opone al proyecto de ingeniería social del feminismo radical con esta ley socialista, y la que se le dispensa, por ejemplo, al juez estrella Garzón, al parecer inmune a sus investigaciones sobre si Franco sigue vivo, y su compadreo con banqueros y políticos, sin abstenerse de conocer en asuntos de clara incompatibilidad legal.