El mundo no es ni bueno ni malo. Nos devuelve lo que nosotros depositemos en él, como el espejo. Con el mismo tema se puede hacer una película con un final feliz. El de un hombre que se libera de la servidumbre por la acción casual de otro y luego se enriquece poniendo un quiosco.
George Clooney es de extrema izquierda y no duda en apoyar a los islamofascistas en lo que haga falta.
Los que mandan a todas esas personas al paro son los impuestos y la burocracia, o sea, los políticos y su codicia desmedida e ilimitada.