¿ puede alguien creer en una encuesta realizada casa por casa ( o telefónica) realizada en el País Vasco. Por miedo, yo contestaría siempre a favor del PNV y en contra del PP? NO ENTIENDO CÓMO SE PUEDE CREER EN EL EUSKOBAROMETRO DE LA UNIVERSIDAD DEL PAIS VASCO Y TAMPOCO ENTIENDO QUE LA PUBLIQUEN LOS PERIODICOS SERIOS
Don Agapito queda un triste consuelo: los más mezquinos, aquellos que callan o dicen sí a todo ésto, pensando que perjudicará a los que todavía tenemos algo de solidaridad hacia todos los pueblos de ESPAÑA, son los que más caro pagarán el dejar cada territorio en manos de miserables que sólo buscan revanchismo y humillación hacia todo lo que les sobrepase. Cuando no quede nada contra lo que ir, irán contra sus propios "ya" esclavos. Triste, pero consuelo al fin...
Es precisamente Ortega y su analfabetismo político el que ha sembrado la semilla de la situación que vivimos. Su definición de la nación como 'proyecto sugestivo de vida en común'(inspirado, por no decir plagiado, de Renan), es el que alimenta a los nacionalismos separatistas.
Si se concibe la nación como un PROYECTO, y no como un HECHO incontestable, no se le puede decir nada a los nacionalistas. Ellos dirán , si ustedes tienen un proyecto...nosotros tenemos otro.
Donde se equivocan unos y otros es en el principio: la nación no es un proyecto; es un hecho impuesto a lo largo de muchos siglos de vida en común por la Historia y la Naturaleza. Hay cosas que no son susceptibles de ser elegidas por la VOLUNTAD, no puedo decidir, por mucha voluntad que tenga, que la noche no venga tras el día: viene impuesto por la Naturaleza así desde siempre, NO SE ELIGE.
Tampoco se elige la nacionalidad, de la misma forma que no puedo elegir a mi padre o madre. Nos viene impuesta desde que nacemos. Así de sencillo y dogmático lo digo.
Es evidente que el PSOE y los Nazionalistas,con el beneplacito implicito del PP,que se contenta con gobernar algunas Taifas,se han salido con la suya.
Y la suya,tanto para los "rojos" de Zp,como para los Nacionalistas,es que NUNCA JAMAS,hubiera una España,ni siquiera dos,como la del 39 ó el 75; sinó 17 Regioncillas,donde cada uno fuera Dueño y Senor,sin interferencias ajenas.
Al final,el Celtibero, que casi todo ciudadano de éste Pais lleva dentro,solo espera que caiga el poder de Roma,para volver a la tribu, y reanudar las luchas intestinas,que es donde éste se siente feliz.
La Hispania Romana,fue una union a la fuerza,nó voluntaria.
El espiritu Celtibero,no va mas alla ,no es capaz de concebir nada mas grande que la tribu ,que el clan;por eso, el Estado de las Autonomias,aún a muchas se les hace demasiado grande;y si pudieran(¿y quien en el futuro lo impedira?)se desgajarian en provincias , en regiones,¿y porqué no?,en ciudades Estado.
El "sistema",no solo nó tiene marcha atras;sino que camina desbocado y ciego,sin conductor ni freno, por una pendiente de la que no se ve el final,pero que algunos podemos intuir(la arriba mencionada).
Por ejemplo, hoy en dia,nadie en el gobierno,(ni siquiera el PP,que a veces tanto dice a nivel Nacional;pero que luego donde gobierna, nada hace de lo dicho) se atreveria a quitar la mas nimia competencia Autonomica,por "miedo" al escandalo Politico y Popular,y la consiguiente perdida de votos.
Creo que habra que asumir la nueva situacio!,no nos queda otro remedio!;pues todos los partidos politicos parecen quererla , y el PP no se opone de verdad;ni siquiera Rosa Diez.
Y como la mayoria de los ciudadanos,calla y otorga,o apenas se opone; y ademas, si los que lo hacen, no tienen apenas cauces para hacerlo, si el PP no los abandera(que no lohace);pues soluciones ninguna.
¿Sobreviviremos,en nuestras beligerantes tribus,ante la Globalizacion,ante los Chinos o los Indios?
Me temo que nó,nuestros hijos,al menos los mejores,se iran;nuestra necedad,no les dejara otra salida.
1512-2012
A la mierda España y los críticos de Ortega.
Pero por favor, si es facilísimo el problema de la Nación y los nacionalismos. Seamos secos y fríos. Que España desapareca como nación, propiamente, da igual. Hay muchos que pasan por heroicos y "españolistas" en lo que ellos ven como un derrumbe y un ocaso actual de los destinos históricos más inmediatos que nos acechan. Y pretenden así querer ser el último grito de verdad y cordura en una causa perdida, Expaña: manicomio y pesadilla en que se sienten atrapados. Desesperados. En fracaso. Se refugian en una categoría negativa haciendo Idea, esto es, cultura, de la suciedad y despropósito en que sienten vivir con su presente contorno inmediato; pero quizá esta adjudicación externa contra el mundo no es sino el disfraz de un achaque interno de ser-en-el-fracaso, de fracasado, en suma. Se defiende de sus no-logros, en la totalidad del "fracaso español". Es decir, en el pesimismo que a veces toma la forma de cinismo procedimental.
A todo aquél que osa oponere a su simplista y reducida visión maniquea, le tachan de loco de ciego o de imbécil. Bueno. Ellos entienden la Nación contra aquellos que, hay que reconocerlo, sin cultura y tergiversando no siempre sin intención política los conceptos, sino casi siempre, la confunden con una realidad impositiva y exhortativa-dominante, (pues desde esas coordenadas quieren "discutirla"; es decir, cuando la misma realidad de Nación ha sido ya envenenada de lo peor que históricamente ha dado, en vez de verla por el haz maravilloso y positivo de su posibilidad aún virgen - si bien nadie puede negar las elevadas altitudes que en su vigor orgánico ha conseguido la Nación-; pero así reciben el aplauso de las mayorías como un salto evolutivo sobre tiempos pretéritos...que hay que olvidar. La memoria del hombre mediocre siempre es corta. Como la de los viejos, que "sabios" sólo hablan egoístamente de su experiencia vivida. El resto de Historia que desconocen...¡no les preocupa a la mayoría!- Es decir, el prurito de experiencia de los viejos ordinarios, si supera el refraneo, no va más allá de ellos mismos, de su Yo, de su experiencia vivida, de su egoísmo que desvela una infinita ignorancia de su no-yo por el que ni se molestan. Y pretenden hacerse los sabios!.
Los mediocres, de cualquiera edad, sólo llegan hasta la guerra civil. No trascienden. Los auténticos y espíritus máximos hablan del siglo VI con verdadera preocupación y entusiasmo aún hoy. Como si vivo. La memoria de aquellos es inmediata. No les preocupa la Historia. Sólo el pasado inmediato. Sólo son utiliatristas del tiempo. Cnsumistas des u propia vida. Egoístas. Jamás te hablarán del 1545 o de 1714, jamás del siglos XII con la vivacidad que lo hace en su sobada y sudada guerra de los cojones. Es un olvidadizo de Humanidad.
Pero qué más da si es política y sociedad por tanto, sobre todo la primera, cutis metafíisco de los problemas!) Pero Nación está por ver que puede ser algo efectivamente maravilloso y civilizador. De una forma muy disinta a como la entienden esos pseudoespañolistas de poca capacidad craneal, aegeptophyteca como voy a demostrar ahora. Esas almas simples de España. Esos memos.
Haré a continuación una sencilla pregunta, de la que exploraré sus respuestas, para diagnosticar al tipo de "español" en materia de España, que tenemos delante. Y de esa respuesta sacaré importantes conclusiones al respecto, explorando una u otra dadas. Pues hay fundamentalmente dos.
Vamos a cargarnos al "españolista" por antiespañolista, por español de mala calidad. Por mal español. Y esto no ha de llevarse a uno, dos, tres españoles en concreto, sino a todo un Pueblo; es necesario cargarse a millones de ideas españolas para que España renazca de nuevo ; ha de llevarse prácticamente, contra toda palabra y argumento común, socializado. Ha de eliminarse, cual si fuéramos ilustrados exacerbados, toda creencia popular, tópico, opinería, oficialismo y "personajeo autorictas" que los soporte. Contra toda realidad-pensamiento cuyo dominio impida aflorar mejores creencias, verdades, mundos o realidades que potencien a la altura de los tiempos y que aspiren a la posibilidad máxima, es decir, a la mejor, ha de lucharse si la lucha puede tener algún fruto rentable más que cansancio y agotamiento fatigoso de acusas perdidas con gente inepta per natura. Por gente baja. Ha de eliminarse no con pura violencia, sino con el simple y destructor decir-verdad que encanta y derriba a las ideas populares.
Vayamos contra todos esos defensores de la Nación y españolistas para defender auténticamente a España. Son ellos los asesinos de la Nación. Su Nación no es nuestra Nación, su nación es la ocultación de la Nación.
Ahí va este experimento para que cada cual se vea a sí mismo reflejado de la madera, hylé, que está hecho.
Si se suprimiera la nación hasta el punto de quedar reducido el país a un puñado de cenizas, si sólo quedara el recuerdo en la memoria de una Nación desaparecida, si se convirtiera todo este “tinglao” en una multitudinaria estampa de cantones tal que ni se llamase nominalmente España, a su conjunto; es decir, si ni siquiera tuviéramos una puñetera organización federal del territorio, es decir, si auténticamente todo esto se fuera a la mierda y se convirtiera en puros "átomos y vacío" con diferente denominación para cada uno de ellos y una realidad, un sistema político, absolutamente independiente de un gran Estado, ¿ qué se habría perdido en suma?.
Si la respuesta es España...
Mal vamos. Este defensor de la Nación no nos interesa. Es un hereje, un perversor de masas, un incapaz de Grandes y auténticas Patrias. ¿Problema?. Vivimos rodeados de patrichidas y nadie lo denuncia. El patriotismo como crítica, he ahí, el primer punto arquimédico para la construcción de una gran Nación. No, no es la crítica “política” que algunos torpes expertos y ciudadanos básico-ordinarios realizan…esos artesanos del concepto abstracto, esos panaderos del espíritu de manos toscas y sucias para tratar con sutilezas aladas; esos maquilladores que navegan por el cutis de la existencia y creen que todo lo que pasa en el vello de la realidad política es lo intestinal. La política es un fenómeno demasiado superficial para sentencias decisivas sobre España. Ya lo decía y lo dice constantemente el grandioso Ortega. ¡ Como se osa criticar, y de forma tan barata al gran maestro de los mejores españoles por-venir!.
Lluviaen, antes de criticar a Ortega falazmente, intenta comprender bien lo que dice. Me parece que no lo has hecho. Mereces que alguien te ponga en tu sitio. Yo no tengo la culpa, es la justicia universal. Y de no decírtelo yo te será dicho por otro que yo. Y si nadie te lo dijera, no te librarías del desprecio para-sí del Espíritu que te leyera. Pero no creas que sería por hacerte mal, te criticaría con fundamento, con verdad y con superación de tu realidad. Se opondría a ti superándote. Yo no tengo la culpa de que Hegel llevara relativa razón.
No, no se puede ser tan manazas con las ideas como explícita manifestación haces con tus argumentos. Si has leído España Invertebrada verás como Ortega habla de un proceso sucesivo de incorporación de colectividades distintas en una unidad superior para hablar del proceso de formación de las naciones. Así fue en Roma, y es el proceso de formación de Naciones. No se trata de negar que “hay una nación ya hecha” ; también hay una determinada física y una biología y un modo de hacer historiografía “en el que se está” cuando uno aparece en el mundo; pues se nace en un mundo con un repertorio cultural determinado que a su vez procede de las soluciones que otros hombres anteriores han creído necesarias “inventar” o Hacer para dar salida a su vida, es decir, a los problemas que vieron suscitados por el estado de mundo en el que vivieron. . ¿ Cómo Ortega va a negar que nacemos en un mundo ya dado, que la Nación, por lo menos hoy en día, o si se quiere ayer ( para esos recalcitrantes vespertinistas), es un hecho?. Pero ahora piensa un poquito más, si eres capaz.
¿ Por qué es un hecho?. Olvídate de esa mitología que te has creado en tu cabeza para argumentar de una forma vil y rastrera. Olvídate de esa idea mitológica de que la nación “viene impuesta por la Naturaleza desde siempre”. Pues claro que no se elige, claro que nadie elige su circunstancia. Esta elemental verdad existencialista está más que superada. Pero tú nos pones un razonamiento elemental como un argumento refutador de toda la Teoría de la Nación en Ortega. Y te permites el lujo de decir que es un plagio cuando tiene puntos de encuentro con la conocida idea voluntarista de la nación como un “plebiscito diario” de Renan. Para empezar, Ortega tiene una idea de nación completamente “futurista”, esto es, actual, vital, desde la pura óptica del presente vivo, más allá de toda tradición y razón histórica de la nación fundada en ella. Para Renan es esta convivencia histórica la que genera en los individuos un sentimiento de voluntad de querer convivir juntos para seguir compartiendo un destino con sus respectivas tragedias y glorias. Ortega jamás argumenta como una razón prima en la idea de nación la razón histórica. Va más allá, va a la razón metafísico-histórica de la nación, lo cual es muy distinto de argumentar a favor de ella por la Historia. La Nación se crea como una totalidad mayor sobre la respectiva preexistente en tanto que una articulación de particularidades antes presentes en una unidad superior. La Historia avanza por cirunferencias de amplitud en unidades cada vez más globales. Así la Nación se constituye como un proceso gradual de incorporación. Y en ese proceso de articulación es imposible que algo se articule si nadie lo articula. Pero sólo puede articularlo aquél que con una visión totalizadora del conjunto, es decir, con una visión más general sobre el mundo, la circunstancia, o como quieras llamarlo, ve que es necesario hacer ciertas cosas para salvarse en los problemas que su mundo actual representa. Ve necesario realizar una precisa articulación en esas colectividades que de alguna forma “un se” impersonal de la historia, nadie, han ido incorporándose unas a otras. Pero quien ve claro es precisamente quien ve más allá de su particularidad y encuentra la fórmula, no inventada por él, sino objetiva, “de lo que hay que hacer”. Es decir, como mejor solución y a veces genial ( como es el caso de César, por ejemplo, o Napoleón) a los problemas que la actualidad representa. ¿ Quién vio claro esto y asumió el papel directriz?. Castilla. En ese su asumir contagió a los demás pueblos a esa “sugestiva incorporación” en una amplitud mayor, es decir, en ese Proyecto común cuya seducción consiste en un alcance de destinos mayores, esto es, de niveles más altos de vida en común ( no sólo centralistamente como ocurrió después y de ahí el desgajamiento de España teniendo como primera causa el propio nacionalismo de Castilla) si nos constituimos en una totalidad de orden superior.
Por eso es completamente falso “el argumento” de que la idea de Nación como proyecto es la que respalda intelectualmente a todos los nacionalismos negativos, ( es decir, que quieren disgregarse como ratio prima antes “que ser algo” – y de lo cual te podría dar una razón ontológico-dialéctica de ello pero no es el momento), porque según dices “Cada cual querrá tener su proyecto”.
Lo que no has comprendido bien es que no se trata de la posibilidad de infinitos proyectos paralelos, sino como te he dicho, de un cada vez mayor ascenso en unidades superiores tal que ciertos Proyectos sólo son alcanzables “Si” hay esa unidad superior constituida. Quédate bien con ese condicional. Y ese proyecto revierte en beneficio colectivo, pues la unidad no es una unidad abstracta sobre los individuos o pueblos, sino que requiere de la propia revitalización de las provincias, es decir, de la realización del ser más auténtico, es decir, de la vitalidad de cada región como requisito para una auténtica Unidad de Nación. Y esto es la Nación, una unidad muy distinta a esa “pseudoespañolista” que ignora de raíz lo que es España. Esos asquerosos españolistas son los primeros Antiespañolistas como voy a demostrar más abajo. Y Ortega uqeda muy lejos de cualquier fascismo!. Hay que ser zafio y de mal gusto para atreverse a poner a Ortega, como otras veces he leído, con una idea pre-fascista de nación, y más cuando en el Espectador y en la Rebelión de las masas precisamente analiza muy objetivamente el modo de ser de estos movimientos e incluso llegar a anticipar la guerra por la rebelión de los movimientos masa como el fascismo, pero también como el bolchevismo. ¡Qué gusto por denigrar sin la elegancia del auténtico comprender, y con ello, sin la dignidad de una crítica justa!.
Sigamos con lo nuestro y olvidemos a las moscas del mercado!.
Ortega inicia algo que en España todavía no se ha percibido ni los siglos aún han podido demostrarlo. Ortega es la semilla aún por desarrollarse de una magnífica España posible. Y yo mismo gusano nutriente de ella, larva aristocrática, pues nada soy ahora, que quiere llegar a ser demasiado. Pues es España un pueblo que ha querido ser demasiado, como dijo Nietzsche. Goethe y Fichte explicitan el ruedo sempiterno de la Voluntad del español. Oh, no, os digo “amigos”, que yo creo sinceramente llegar a crear universos, paraísos artificiales, transformar el mundo, dejar de ser humano, en esta vida!.
El auténtico defensor de España es un Grande de España. Y solo las almas grandes hacen posible una España magnífica. Los demás, los demás que laboren, pues necesitamos jornaleros para estar libres y poner los cimientos materiales de nuestros Ideales. Y créanme que hay muchos jornaleros, la mayoría, entre los intelectuales. Y también entre los artistas, y en los hombres de ciencia. Trabajen ellos como productores, nosotros, nuestra naturaleza les necesita, pero es condición necesaria, no suficiente para nuestra gloria, que en verdad, redundará en la de todos. Pues el grande es espíritu universal aún sin queriendo y despreciando al resto. ¡ El egoísta es un servidor de la Humanidad, como dijera Unamuno!. Pero sólo podemos proporcionar “eso”, el fruto de nuestro egotismo en intimidad creadora y aletheadora con las cosas. Déjennos libres. No queremos trabajar, queremos ocio para no ser profesionales de nuestra vocatio. Queremos ser trabajadores libres para nuestra misión!. Que ellos produzcan, sí, los jornaleros, nosotros, españoles más garndes….dirijamos e inventemos. Tengamos ideas, voluntad e imaginación. Pues los españoles grandes, aunque pocos, siempre la han tenido!. Pocos han sido pero se tarta de educar, y crean y sepan que es posible, para que lleguen a ser millares y legión en el mundo entero.
Repito el inicial motivo de mi artículo: Una pregunta-respuesta.
Ahí va este experimento para que cada cual se vea a sí mismo reflejado de la madera, hylé, que está hecho.
“Si se suprimiera la nación hasta el punto de quedar reducido el país a un puñado de cenizas, si sólo quedara el recuerdo en la memoria de una Nación desaparecida, si se convirtiera todo este “tinglao” en una multitudinaria estampa de cantones tal que ni se llamase nominalmente España, a su conjunto; es decir, si ni siquiera tuviéramos una puñetera organización federal del territorio, es decir, si auténticamente todo esto se fuera a la mierda y se convirtiera en puros "átomos y vacío" con diferente denominación para cada uno de ellos y una realidad, un sistema político, absolutamente independiente de un gran Estado, ¿ qué se habría perdido en suma?.
Si la respuesta es España...
Mal vamos…..”.
El defensor auténtico de España no puede decir que España es lo que se pierde cuando el país se descompone en átomos y vacío. ¿ Qué es España?. Un instrumento, radicalmente un útil, un artefacto cultural-conceptual creado como un proyecto para dar solución y prosperar en una serie de problemas que el mundo representa o para avanzar en él en esferas de mayor amplitud y conquista Humana. ( Recordemos uqe la técnica para Ortega es el organon de la felicidad, y la física el hecho humano más importante de la Historia; es decir, herramientas de conquista y solución del mundo).
¿ Qué es una Nación, qué es España?. Una herramienta para hacer cosas. La Nación es una herramienta para realizar predicados más altos de humanidad. Puede decirse más ambiciosos, pero más radicalmente, de mayor poderío, de mayor nervio y conquista, de posibilidades supremas. Si la unidad se disgrega, nos quedamos sin herramienta para aspirar a niveles superiores de vida. No hemos de llorar por España, qué importa España!.
Hemos de llorar porque retrocedemos evolutivamente en cultura para lograr cada vez empresas más ambiciosas de Humanidad. La Humanidad no ha creado naciones por gusto de crear Naciones. Y sin embargo, esos Nacionalistas de España, esos “españolistas” sólo tienen disgusto cuando se elimina España por otros nacionalismos disgregadores. ¡ Como si importara esta minucia!. Ignorantes, malos intelectuales, pintores irresponsables de las cosas!. Qué importa España!.
He ahí el origen de cualquier nación: que no importa ella como sujeto, sino como pura herramienta que se invisibiliza y desaparece fundiéndose con su función ejecutora de los predicados que dan razón de su ser. Pues es por lograr ciertos predicados por lo que ha nacido la Nación. ¿Y esto qué es?. La verdad explicativa y no reproductora, de que la Nación es algo que se hace para hacer grandes cosas. Eso es lo que dice Ortega. Pero qué más me da lo que diga Ortega. Ortega es sólo el instrumento para que yo llegue a ser y conquistar mis predicados más altos. Si Ortega se muere, radicalmente, no he de dolerme por Ortega, sino porque ya no tendré aquello para lo que quería a Ortega: para ganar en altitudes. Cuando “Ortega” o “España” duelen por desaparecidos o aniquilados, cuando estos sujetos duelen como sujetos, es decir, solo ellos y en primer plano, entonces hemos perdido de verdad a España. U a Ortega. Podemos llamarnos “antiespañolistas”. España no es España para quedarse en ella misma. España es el medio para ser algo, y esto que se pretende ser, esa es la grande, posible y magnífica España. Esta es la auténtica España.
Si el sujeto es la causa que se impone como primer rechazo a una “política” que lo fulmina, entonces traicionamos la misión prima de ese sujeto: desaparecer olvidado él para hacer su función, sus fines. Todo “yo” ha de desaparecer si el yo quiere conquistarse un gran Yo con el Mundo. Vayamos a las cosas mismas, es decir, eliminemos a todos los personalismos individuales y colectivos. Ellos no son nada ni ellos han nacido para ser absorbidos en su Yoidad. Eliminemos todo yo para que éste cumpla su auténtico Yo en contacto con las cosas. Todos los sujetos, todas las naciones del mundo, todas las producciones políticas económicas, científicas o culturales no son más que soluciones para salvarse el mundo o aspirar a alcanzar niveles mejores de conquista y amplitud. ¡A la mierda España!,
pues quien no exclama hoy esto, no puede saber lo que significa….”que España viva de una vez por todas”. Él es en verdad el auténtico traidor de la Nación. Quien no lo grita desde esas razones. Si España tuviera boca, a él le escupiría. Por falso, por ignorante y por cabrón ideologizador.
En el amante proclamado hemos encontrado al criminal, es decir, al sustancialista, al paralítico de la Vida presente que nutre a España. Y como la vida, toda vida presente es un estar aquí para trascender a un allí más lejano , como la vida es un camino hacia el futuro por conquistar, ( y para ello se sirve del pasado), toda Nación no puede ser sino destino originalmente, esto es, la propia razón de su ser es su Hacer. Su tener que hacer. Por eso si España muere no se pierde España sino por haber perdido su proyección predicativa, esto es, su enajenación ejecutiva. ¡Ay los que defienden a la Nación que asfixiada se siente ésta entre las apretadas camisas con la que la aprisionan!. Quien sabiendo esto vuelva a quejarse de la desaparición de España una sola vez, o es un estulto imbécil incapaz de comprender la verdad de lo que decimos, o es un sofista traidor antiespañol por muy “Nacional” que se declare y haga desfilarse en pasarela ante un abobado público.
Como dice Ortega, la evolución de la Historia progresa, cuando progresa, cada vez en unidades superiores y más amplias de vida, en suma, quitar a España sólo es retroceder en la inevitable circunvalación evolutivo-ampliativa ( cuando avanza, no siempre) de la Historia. Luego vendrán todas las razones históricas, culturales y lo que se quiera. ¿ Pero es que no se dan cuenta que cuando defienden a España sólo les revienta su eliminación porque deja de existir España?.
La verdad, la razón de ser de una nación sin la cual no existiría una sola sobre la faz de la tierra no está en ella, radicalmente la eliminación de X nación sólo representa
la disgregación de una realidad compuesta para un mayor potencial y alcance colectivo. Sólo se pierde una herramienta para un destino predicativo, ¡ lo trágico es la pérdida de este!. Por eso es conveniente, para verlo sin prejuicios, que pensemos el asunto sin España, tan sólo viendo la nación como una X constituida orgánica y evolutivamente para Haceres superiores de colectividad y cuya muerte no es más que la simple disgregación atómica de una X. ¿Importa que esta X desaparezca?. Radicalmente, en su razón metafísica, no. Históricamente importa, pero la defensa por motivos históricos, (es decir, por el simple enunciado de que “ España desaparece, y esto es lo grave”), de una nación es como si dijéramos un sustitutivo ficticio que desvirtúa y oculta la auténtica realidad.
La razón por la que defender a una Nación nunca puede ser por la Nación, porque la razón de ser de una Nación no está en ella misma. El argumento de la apología de la unidad nacional es insuficiente para sostener en su verdad a la Nación, esto es, su ser vital. Digamos que es una defensa tal que si en un universo posible se deshiciese o se constituyese una Nación por los simples argumentos válidos enunciados sobre ella, el argumento de la permanencia en la existencia de la Nación por causa sui, haría desaparecer a ésta. La auténtica defensa de la Nación pasa por algo que no es ella, pasa por la defensa de su posibilidad predicativa fundiendo invisible el sujeto en sus haceres, “destinos”, transmigratorios. Defender a España auténtica y vitalmente, no con una defensa cultural-muerta y nominal, es defender realidades, es decir, es hablar directamente del fin que se pierde y no del medio para lograrlo, la Nación. Sólo como medio de ejecución, una Nación importa. La defensa de ella bajo la acostumbrada forma de ella por ella, es insuficiente, falsa, y tergiversadora de la auténtica función nacional en la Historia. Por eso la mayoría de los españoles son, hablando desde lo Real, quietistas, antiespañolistas, asesinos de su propia nación con su defensa.
No.
Esto, que es evidentísimo, la mayoría de los españoles no lo han visto, y son incapaces todavía de verlo.
Lo que importa es que se pierda una herramienta estructural para realizar una función dinámica, ejecutiva. En esta proclama está condensado el auténtico patriotismo: ¡A la mierda España!.