como casi siempre, de acuerdo con usted. Aunque yo, como hombre de ciencias puras, tengo que decirle que creo en Dios, puesto que la ciencia con su extenso conocimiento no puede resolver muchísimas dudas y nos vemos obligados a utilizar constantemente coeficientes, que se obtienen estadísticamente de la experiencia, para tapar todos los huecos que la ciencia no puede explicar.
También veo necesaria la religión, por ser portadora de valores y cultura, que nos ha llevado a ser lo que somos, y aunque a día de hoy, un liberal no necesite esos valores, la ausencia de los mismos, a la larga provocaría la autodestrucción de un sistema completamente liberal(o la evolución a una civilización más salvaje y primaria). Creo que por tratar de respetar la ideología liberal, no deberíamos dejar de proteger o "conservar" los aspectos positivos o valores que hemos adquirido a lo largo de la evolución.
Bueno, puede que yo también sea otro ateo melancólico.
Aunque no puedo dejar de pensar que Dios es "sólo" un hecho moral. Eso significa que su existencia se da no en el mundo físico (M1 de Popper) sino en el M2 y M3 (subjetivo e intersubjetivo), actúa como tal, "como-si" (es decir, virtualmente) por el mero hecho de pensar que existe.
Es decir, a todos los efectos, es indistinguible Dios de la creencia en Dios. Quien cree en Dios actúa como si existiese, y eso es lo importante, el hecho moral. Ciertamente, Dios existe si creemos en Él.
Pero eso implica muchas cosas en las que me da vértigo pensar.
Sobre el tema de los crucifijos, es un problema artificial creado por el monopolio estatal de la enseñanza. Como salida provisional, claro, habría que retirarlos para no ofender a otras religiones (a "agnósticos" como yo no nos ofende, ya dijo Oriana Fallacci que se consideraba una atea cristiana, y eso es otro "como-si", otra virtualidad cristiana).
Excelente artículo.
Ayer estaba pensando que quizás antes de pensar en quitar los crucifijos (que, desde un punto de vista protestante, no deja de ser una imagen y, por lo tanto, supone un conflicto con el primer mandamiento) habría que pensar en cómo entraron. Antiguamente, no había tal cosa como una educación (instrucción, más bien) masiva y generalizada para toda la población. La iglesias, esos edificios tan poco respetuosos con las distintas sensibilidades intelectuales de nuestro tiempo, fueron las primeras e improvisadas escuelas. Es lógico que se pensara cuando se construyó la primera escuela fuera de una iglesia que estaría bien poner un crucifijo como respeto a los orígenes del concepto de "escuela".
En todo caso, todas estas discusiones resultan bastante ociosas. Más valdría liberalizar de una puñetera vez la agricultura y avanzar a la sociedad de propietarios que proponen algunos. Sin descuidar la lectura de Poper, claro.
Salud
Yo, al igual que tú, soy un ateo que desearía que Dios existiera.
Con respecto al tema en sí, no me creo la supuesta neutralidad de la que hablan esos laicistas. Ya no soy tan ingenuo como para no darme cuenta de que su laicismo esconde una aversión a la religión, pero muy especialmente la religión cristiana, que apenas se molestan en disimular. La verdadera naturaleza de ese movimiento laicista se aprecia mejor en la blogosfera, donde las verdaderas motivaciones se airean más.
El laicismo, además es uno de los muchos "ismos" (feminismo, ecologismo, pacifismo, multiculturalismo, relativismo, antiamericanismo, tercermundismo, etc.) que nutren de sustancia ideológica al socialismo posmoderno.
El propio concepto de laicismo es eclesiástico; los fieles de la Iglesia eran o clérigos o laicos.
Lo que ahora llaman laicismo es la fe ciega del carbonero en el mal.
Cristo dijo bien claro que "(los ciegos ven, los cojos andan) los pobres son evangelizados" y que "¡ay de aquel por quien viniere el escándalo!" Es un escándalo mortal quitar a los niños y jóvenes el derecho a recibir información de Dios, según la fe de sus padres. Realmente vivimos tiempos de Apocalipsis: la globalización del anticristo. No nos queda ya mucho por ver.