Los responsables de Facebook han hecho el tonto prohibiendo la publicidad de lácteos. "Son la leche", que diría un castizo. Pero tan sólo es eso, una idiotez que son libres de cometer.
Antonio José Chinchetru
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Feynman dijo el día 15 de Diciembre de 2009 a las 23:47:
La cuestión es que dicha prohibición podría ser discriminatoria y tener un efecto directo en el mercado lácteo, en el que FaceBook no se tiene por qué involucrar. Cuando se prohíbe anunciar armas se entiende que se persigue un bien común, además de cumplir con las legislaciones de la mayoría de países que lo prohíben por el mismo motivo. He de entender por tanto que la prohibición de anunciar lácteos obedece al mismo motivo, por difícil que sea de entender.
El problema entonces es que los productos lácteos no sólo compiten entre sí, sino también con una amplia gama de sustitutivos no lácteos como la leche de soja o los postres no lácteos (valga la redundancia). Esto deja a los productores de este tipo de productos en desventaja comparativa con los de sus competidores, lo cual no parece muy acorde con el mejor interés del libre mercado. Creo que el problema está en que FaceBook, por muy privado que sea, tiene tal alcance mediático que los efectos de sus decisiones alcanzan un cariz público y pueden afectar al funcionamiento de los mercados en los que no tiene por qué involucrarse. ¿Hasta cuándo una empresa privada puede hacer lo que le salga en gana?
La cuestión es que dicha prohibición podría ser discriminatoria y tener un efecto directo en el mercado lácteo, en el que FaceBook no se tiene por qué involucrar. Cuando se prohíbe anunciar armas se entiende que se persigue un bien común, además de cumplir con las legislaciones de la mayoría de países que lo prohíben por el mismo motivo. He de entender por tanto que la prohibición de anunciar lácteos obedece al mismo motivo, por difícil que sea de entender.
El problema entonces es que los productos lácteos no sólo compiten entre sí, sino también con una amplia gama de sustitutivos no lácteos como la leche de soja o los postres no lácteos (valga la redundancia). Esto deja a los productores de este tipo de productos en desventaja comparativa con los de sus competidores, lo cual no parece muy acorde con el mejor interés del libre mercado. Creo que el problema está en que FaceBook, por muy privado que sea, tiene tal alcance mediático que los efectos de sus decisiones alcanzan un cariz público y pueden afectar al funcionamiento de los mercados en los que no tiene por qué involucrarse. ¿Hasta cuándo una empresa privada puede hacer lo que le salga en gana?