En efecto, don Emilio, porque lo esencial es quién es el soberano, y el soberano es el pueblo español, que la propia Constitución reconoce anterior a ella misma.
Incluso con un concepto de nación "discutido y discutible", la pregunta es quién está legitimado a la última decisión política. Un subconjunto de la nación no tiene legitimidad para decidir ni ejecutar nada contra el todo. No caben dos sujetos soberanos como no cabe servir a dos señores.
Además, ¿quién se arroga la autoridad de decir quienes forman ese subconjunto, como y cuando se les consulta? Si alegan que el llamado "principio de autodeterminación" permite a cualquier parte decidir sobre si misma, ¿negarán a partes más pequeñas, por ejemplo ciudades, pueblos, barrios, calles, casas o incluso ciudadanos particulares ese mismo derecho?
¿Puede una localidad de "Cataluña", o el barrio del Clot, o Jaume Pons o Carme Prat "autodeterminarse" y negarse a formar parte de esa "Cataluña" autodeterminada y seguir o no en España? El principio de autodeterminación resuelve desgraciadamente poco.
Desgraciadamente porque estamos condenados a entendernos o matarnos, a soportar a votantes irresponsables y pasotas, herederos de un legado que no admite división sin menoscabo, de una casa que unos locos quieren desmantelar en plena tormenta mundial entre la indiferencia de muchos.
Una verdadera pena que la mayoría de intelectuales ( o mejor pseudointelectuales) sean como el cercás, pobres fracasados que, para comer, tienen que seguir recibiendo subvenciones aun a costa de escribir memeces propias de un muy, pero que muy minusválido mental.
D. Emilio, supongo que decir a toque de somatèn serà lo mismo que a paso ligero. Pero bien sabe ud., que hace muchos años que al Nacional Socialismo, unos estàn alquilados, y otros directamente vendidos que son los dos tèrminos màs frecuentes que por allì se da entre la prensa a la catalana. Han llegado a tal situaciòn de bajeza, cobardìa, y de sometimiento al Poder, que la solucciòn màs comoda y facil en la que se han instalado a parte de estar todo el dìa jugando con la unidad de España, es la de conjugar el verbo chupar. Pero el negocio que se traen entre manos, no les serìa posible, si los que tienen que velar por el cumplimiento de la Constituciòn, no hubieran decidido ponerse tambien a conjugar, y jugar a la ruleta rusa. Porque ya se sabe que las armas las carga el diablo. Asi que, para que tentarle.