Miguel Ángel Blanco, no resucites

Me ha asombrado y mucho que nadie más que yo haya advertido, haya sacado a colación la figura de Miguel Ángel Blanco cuando tenían lugar otros casos de secuestro por organizaciones terroristas o bandas piratas. La mala memoria matará a España. Y me ha sorprendido y muchísimo que el PP no haya considerado su mención en estos días de atún y pandereta. Miguel Ángel Blanco fue asesinado por ETA en un 13 de julio de 1997 porque el Gobierno de España, del PP presidido por José María Aznar, dijo no al terrorismo. El Gobierno de España, que previamente había conversado con la familia Blanco sobre la inevitabilidad de la muerte de su hijo porque el Estado español no podía ni debía ceder al chantaje etarra. Pero ahora, visto lo visto, ¿para qué murió Miguel Ángel Blanco? ¿Para nada? ¿Es que ahora hubiera sobrevivido porque Zapatero habría acercado a los presos etarras a cárceles del País Vasco que era lo que pidieron entonces?

Recuerdo la manifestación de Madrid, a la que fuimos juntos Paloma, María Dolores, mi amigo Juan y yo, el clima crispado pero sereno y el blanco del Espíritu de Ermua saltando de alma a alma en la Puerta del Sol. Ríos humanos desembocando en aquel mar de la España común tan absurdamente maltratada desde la transición democrática por los odios de algunos enanos políticos y la cobardía de quienes debieran haber sido los gigantes sobre cuyos hombros levantar de nuevo una España merecedora de historia y de sentido.

Nadie quiere muertos encima de la mesa. Pero un país serio no puede querer tener piratas o terroristas subidos en el lomo de un Estado de Derecho mientras devoran el hígado de lo que queda de humanismo y democracia.

¿Qué haremos si se ponen de moda los secuestros en los países islámicos, o en los eslavos o en los asiáticos? Todos han tomado nota de lo que se ha hecho, de lo que Zapatero ha hecho, independientemente de sus formas, más o menos estúpidas, confusas o chapuceras. Lo que se ha hecho es ceder al chantaje de un grupo de piratas, como antes se cedió a la presión terrorista y nos tuvimos que amargar el año con las imágenes de un asesino de españoles paseando del brazo de novia, libre como un buitre y tranquilo como un inocente.

Mi pregunta es y era por Miguel Ángel Blanco. Visto lo visto, ¿para qué murió Miguel Ángel Blanco? Justamente entonces comprendí que todo nuestro Espíritu de Ermua ha muerto del todo y que pronto volveremos a ceder con esta, la otra, con aquella excusa deslizándonos por la pendiente que conduce a vivir de rodillas y a precipitarnos hacia el abismo donde acabará una gran nación, y quizá la mejor civilización de la historia de los hombres libres. Han logrado enfermar el espíritu de la democracia española los pusilánimes, los falsos profetas humanitarios de las religiones civiles, los astutos imanes de un islam que acecha, los políticos mediocres, los sentimentalistas baratos...Y eso lo han visto todos, sobre todo, los que ansían el desmoronamiento de España como nación y como idea, y los que quieren el fin de la civilización occidental que componen América y la gran Europa.

Miguel Ángel, Miguel Ángel,
trébol del Norte matado,
no quieras resucitar.
Que tus ojos de muchacho
cerrados de par en par,
sigan por siempre enterrados.
La España que te lloró
es la España que ha olvidado.
Mala memoria la nuestra...
¿Verdad, Miguel Ángel Blanco?