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Agapito Maestre

50 modelos de ayer para el mundo de mañana

Apenas existen medios de comunicación, semanarios o revistas con un poco de seriedad y capacidad para hacer algo tan sencillo como lo realizado por el semanario Die Zeit. Esa es la tragedia cultural de España.

El semanario alemán Die Zeit ha publicado esta semana un suplemento con el título de esta columna. Se trata de 50 aproximaciones a personajes alemanes, hombres y mujeres, que aún son modélicos para la vida de Alemania y el resto del mundo. Desde el sábado pasado, he tenido este suplemento encima de mi mesa de trabajo y, de vez en cuando, leía los comentarios de otros tantos autores sobre la relevancia de esas figuras. La lectura me servía para descansar de otras tareas. Aparecen personajes como Martín Lutero y Hannah Arendt, Konrad Adenauer y Willy Brandt, Rosa Luxemburgo y Albert Schweitzer, Goethe y Schopenhauer, también aparecen futbolistas, actrices, periodistas, poetas, músicos y no sé cuantas otras profesiones hasta completar los cincuenta.

Las figuras elegidas han sido agrupadas siguiendo criterios muy generales, por ejemplo, por sus contribuciones para indicarnos nuevos caminos de la libertad, o hallazgos para un nuevo mundo, etcétera. Naturalmente, no están todos los que podrían ser elegidos, entre otros motivos porque quizá los seleccionadores no han sido capaces de percibir la verdad de los excluidos de acuerdo con los criterios establecidos. En este tipo de selección siempre se cae irremediablemente en arbitrariedades. Lo cierto es que los elegidos se lo merecen; porque sus aportaciones son excelentes para sus coetáneos y para nosotros, y, sobre todo, tienen "capacidad de anunciar el futuro", o mejor, son hombres con inteligencia de futuro. No hay sectarismo, pues, en la selección. En efecto, no se trata de resaltar determinados momentos biográficos o indagar sobre las ideas más o menos vanguardistas que aportaron a su tiempo, sino de ahondar en eso que los alemanes llaman "zukunftsfähig" –literalmente "dotado o inteligente para el futuro". Curiosa palabra.

En fin, este suplemento rinde cincuenta homenajes a grandes personajes, modelos o visionarios, pero no es un catálogo histórico de personalidades, sino modelos de vida para alumbrar nuestro futuro. Es obvio que todos estos personajes están tocados por la varita mágica de su voluntad de ser auténticos. Sus vidas y sus obras son anchas, alegres y, sobre todo, ambiciosas. Sin ambición no hay vocación. En España, sin duda alguna, existen otros tantos personajes como los elegidos por Die Zeit. No es cuestión ahora de buscar los Adenauer o Lutero de España, entre otras razones porque podríamos llevarnos la sorpresa de que los nuestros son los modelos de aquéllos.

Si traigo aquí este asunto, por lo tanto, no es por el famoso complejo de inferioridad de los españoles, sino por algo más sencillo, pero quizá también más trágico. El problema no reside en que nosotros tengamos que envidiar a otras naciones sobre sus grandes personalidades. Tampoco es caso de hablar de nuestro sectarismo para alabar a los nuestros y denigrar a los del otro bando. La cuestión es, hoy por hoy, más bárbara. Se trata de que apenas existen medios de comunicación, semanarios o revistas con un poco de seriedad y capacidad para hacer algo tan sencillo como lo realizado por el semanario Die Zeit.
Esa es la tragedia cultural de España. Después de la muerte de Franco, y pasados algunos años de efervescencia cultural en la Transición, todo ha sido decadencia en el ámbito de la cultura y, por supuesto, de la cultura política en los medios de comunicación. Y, por favor, amigos, que nadie me hable de los "suplementos" culturales de los periódicos... Sean serios.

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