Sin duda, se aprecia algo muy extraño en las medidas adoptadas, medidas que-como bien dice la autora- todos los españoles vamos a pagar y padecer por sus efectos en nuestra sociedad, en cuanto denotan inmoralidad, lo cual es mucho más grave. Le contestaría a la autora que a mi parecer la ministra no quiere lograr ninguna de las dos cosas que parece pretender. Ni la independencia de la mujer-supongo que entendida como libertad- ni la protección del nonato, que va a encontrarse en estado de indefensión absoluta si se aprueba esta espeluznante ley del aborto, que rezuma irresponsabilidad y falta de libertad por todos sus poros. Es una ley para niñatos caprichosos y maleducados o para gente desesperada que no recibe el debido apoyo material y moral de la sociedad. Tampoco creo que le preocupe mucho a la ministra que la juventud pierda esos años tan valiosos de su vida bebiendo, convirtiéndose en esos niñatos caprichoso pro ley del aborto, a veces con el riesgo de perder su vida entera. Todos estos objetivos políticos, desperdigados absurdamente por distintos ámbitos ministeriales, tienen, en mi opinión, sus raíces bien hincadas en el problema de la educación, donde encontrarían su coherencia. Pero, como éste de la educación es un tema crucial que no se quiere abordar en profundidad, surge inevitablemente la incoherencia, y, en cadena, este tipo de medidas “parche”-que son mera apariencia y tapujo de otros intereses- que resultan tan chocantes a cualquiera que quiera pensar un poco. Es de Perogrullo decir que cualquier mujer embarazada, sea menor de edad o no, dada la facilidad que se le va a dar para abortar con la nueva ley, si decide no hacerlo es porque se siente responsable e ilusionada por su bebé. Por ello, lo último que podría esperarse es que fuera a emborracharse. De ahí que actuar políticamente para advertirlas de lo que las va a avisar ya un médico-entre otras muchas advertencias de las cuales las instituciones públicas no hacen campaña- es algo que por superfluo resulta ya sospechoso de algo más profundo. Como decía, la educación es una de las piedras de toque de cualquier sociedad. Si tuviésemos en la nuestra una educación que fomentase la libertad de la persona- no el libertinaje y por tanto la irresponsabilidad, tan opuestas a la verdadera libertad- obtendríamos, entre otros, el beneficio de ahorrarnos la intervención desaforada del estado en la vida social, que funcionaría más fluida y espontáneamente, más auténtica y humanamente. Y no como si fuera una maquinaria para los fines de otros y que hay que arreglar constantemente porque se desajusta de forma imprevista. La presente política educativa, según nos demuestran las medidas adoptadas, favorece incoherencias como éstas: que una mujer deseosa de tener un hijo haya de ser concienciada para soportar la tentación de emborracharse; que habiendo múltiples métodos anticonceptivos se recurra masivamente a la píldora del día después, como si fuera un método anticonceptivo más, lo cual es un riesgo para la salud de la mujer al que hay que sumar el de contagio de enfermedades sexuales, que dicha píldora no evita. Y para estos desarreglos sociales -y muchísimos más- se tienen que adoptar medidas en las cuales se ve al trasluz que el verdadero objetivo es la transformación de la persona en cosa votante y, por tanto, su desintegración progresiva. Y por eso las medidas son tan chocantes, tan incoherentes, tan escalofriantes. Felicito a la autora por su haber detectado síntomas claros de la insensatez de nuestro gobierno.
Muy atinado su artículo. Espero volver a leerla de nuevo. Será un placer.
Doña Marta, con todos mis respetos a mí me parece perfectamente coherente tratándose del partido del GAL y del doctor(dicen) montes. Podría citar muchas perlitas más de este partido que nos gobierna pero, con 64 años cumplidos, no me queda tiempo para citarlas todas. Un saludo y felicidades por el artículo
Hipótesis: mujer embarazada de 6 meses que quiere abortar. Un equipo de sanitarios cualificados secuestra a la mujer; la trata con excelente cuidado y la asiste en el parto con todas las garantías. Posteriormente se presentan todos ante el juez. Éste tiene que tomar una decisión: castigar a los delincuentes y eliminar los perjuicios que sufrió la víctima. Pregunta: ¿esto último incluye la ejecución del recién nacido?... Pienso que ANTIGUAMENTE la esclavitud estaba reglamentada... Dios quiera que algún día el derecho a nacer empiece en la concepción, igual que POR FIN queda claro que la esclavitud es repudiable.
La coherencia está en otro lado. De hecho defender ambas cosas es coh€r€nt€: lo que se preserva es la libertad y se defiende la vida de... las clínicas abortistas.
Estimada Dª Marta:
De acuerdo con su artículo de la cruz a la firma; pero no perdamos de vista que alguien como Trinidad Jiménez no da más de sí: esto es lo que hay, intelectualmente hablando.
Y tampoco perdamos de vista, por favor, que durante los Gobiernos del PP se practiaron en españa más de 500.000 abortos quirúrgicos, con la complacencia de Aznares, Rajoyes, Romayes, Pastores, y demás preclaros dirigentes peperos.
Y, aún hoy, se siguen practicando esos abortos en comunidades tan peperas como Madrid, Valencia o Murcia (tan sólo recordar que la Sanidad está transferida a las CCAA, gracias al PP).
No sólo eso: el PP fue quien puso en la calle la famosa "píldora del día después", que esconde, tras tan festivo mote, un medicamento 100% abortivo. Dios sabe cuántos nonatos han sido asesinados utilizando dicha píldora.
Pero, insisto: sigo estando de acuerdo con su artículo. Un cordial saludo.
"Señora ministra,¿quiere usted "proteger la salud del nonato", o no?"
Pues ya te lo digo yo: NO.
El único propósito socialista respecto al aborto, como respecto a la eutanasia, al matrimonio, a la familia, etc, es:
DESTRUIR LA ESTRUCTURA DE VALORES CRISTIANA DE NUESTRA SOCIEDAD.
Así de sencillo.
Que no se pueda hablar de Justicia, ni de Libertad, ni de Valores, ni de los derechos de cada persona sin antes someterlos a la autoridad del estado siempre gobernado por ellos.
Instaurar MATRIX.