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Amando de Miguel

El extraño prestigio de algunas palabras

"Mediático" es un galicismo para indicar lo que afecta a los medios informativos o de comunicación pero en el aspecto que tienen de relumbrón, impacto, espectáculo. Lo mediático convierte en personajes a las personas y en famosos a los personajes.

No es cierto que, ante la copiosa variación de voces que contiene el diccionario, las elijamos todas con parecido gusto. Antes bien, hay algunas que resultan especialmente atractivas para componer los discursos de los personajes públicos, los que merecen ser entrevistados por los periodistas. Veamos algunos ejemplos sin ningún orden.

"Inicio". Se podría decir "comienzo, origen, principio, arranque", entre otras más. Pero se prefiere "inicio" por una misteriosa querencia que tiene esa voz, quizá porque en la jerga informática se dice mucho lo de "iniciar", o "reiniciar", o "inicializar". Recientemente, al referirse al momento de empezar a administrar la vacuna de la gripe A, la ministra del ramo ha subrayado que "se va a iniciar el inicio".

"Ámbito". En la jerga oficial o semiculta se prefiere esa voz a otras parecidas como "ambiente, círculo, lugar, sitio, zona, espacio, territorio", entre otras. Se repite mucho lo de "ámbito" por el prestigio de ese cultismo y la sonoridad de la esdrújula.

"Transversal". Por lo visto, lo vertical suena fascista y lo horizontal resulta vulgar. Así pues, la dirección transversal, que corta las líneas verticales y horizontales, es el sesgo predilecto de muchas descripciones. En la práctica quiere decir "un poco de todo", lo que puede parecer tolerante.

"De referencia". Normalmente, no tiene nada que ver con referirse a algo. Una cosa o persona de "referencia" es lo que siempre se ha dicho un modelo, un ejemplo, lo destacado. Significa que, si ese sujeto se compara con los demás, resulta favorecido, es imitable.

"Mediático". Es un galicismo para indicar lo que afecta a los medios informativos o de comunicación pero en el aspecto que tienen de relumbrón, impacto, espectáculo. Lo mediático convierte en personajes a las personas y en famosos a los personajes.

Naturalmente, las palabras con prestigio se pueden combinar, lo que da lugar a frases brillantes y divertidas. Por ejemplo, en el discurso de un hombre público (= entrevistable) queda muy bien si dice que "el inicio de referencia es un ámbito transversal mediático". O bien, "el ámbito mediático es un inicio transversal de referencia". Ninguna de las dos frases quiere decir nada, pero suenan admirablemente, que es de lo que se trata.

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