Sin lucha y pasión no hay responsabilidad política. Rajoy ha vuelto a fracasar. No comprende qué es la responsabilidad política. La responsabilidad. Intentaré hacer pedagogía. Por mí que no quede. Escribo aprisa sobre las declaraciones de Rajoy, por encargo de este periódico y para que tenga efectos inmediatos en nuestros lectores. O sea, mi responsabilidad es, como la de otros cientos de periodistas, mucho mayor que la de Rajoy, que llevaba seis meses sin comparecer ante los medios de comunicación en la sede de su partido, e infinitamente mayor que la de cualquier profesor o investigador que, atrincherado en su torre de marfil, analice la vida política española con todo el tiempo del mundo por delante. En otras palabras, en términos generales, el sentido de la responsabilidad del profesional medio de los medios de comunicación en nada tiene que envidiar a otros intelectuales y políticos.
Así las cosas, si uno no se deja llevar por esa manía de enjuiciar al periodista según el comportamiento de sus miembros moralmente más reprobables, tenemos que concluir que prácticamente todos los analistas de la rueda de prensa dada por Rajoy se han quedado atónitos por la "vacuidad", o peor, la oscuridad irresponsable que portaban sus palabras sobre el caso Gürtel en Valencia. La conclusión de todos los cronistas es nítida: Rajoy ha hablado con tanta irresponsabilidad de la "responsabilidad" de los dirigentes del PP para atajar la corrupción que nadie parece creerle. La mayoría de los informadores del asunto no han dejado de mostrar su extrañeza en sus respectivas crónicas. Baste poner como ejemplo de perplejidad, entre los cientos de crónicas de nuestros compañeros, el excelente trabajo de Pablo Montesinos, publicado en este periódico.
La declaración de Rajoy sobre el asunto Gürtel en Valencia es, en el mejor de los casos, la de un funcionario irresponsable que confunde el ámbito de la política con el de la burocracia. Porque Rajoy ha hablado como un funcionario de la burocracia del Estado de partidos, digo que es un irresponsable. Rajoy desconoce por completo que el principio deresponsabilidad es radicalmente diferente al que orienta, como nos enseñara Weber, las actividades del funcionario o del burócrata. El político que se confunde con un funcionario, sí, el político que pretenda actuar "sine ira e studio", como hace el funcionario, puede llevar a su partido a la muerte. La carencia de lucha y pasión exhibida por Rajoy más parece una entrega al sistema de Zapatero que una alternativa real para refundar la democracia.