A muchos tiene asombrados la trayectoria de la AVT desde que el inefable García Casquero llegó a su presidencia. He de informar al respetable de la penúltima: acaba de echar –más despidos en la AVT– con una infamante carta de despido, a la responsable del Departamento Psicosocial.
Beatriz Barcia dirigía hasta ahora el mejor equipo de profesionales que existe en España en este terreno. Ni con candil lo encontrarán mejor ustedes, ni en el Ministerio del Interior ni en otras entidades. Pero eso debe parecer poca cosa para nuestra dirigencia. El caso es quitarse a una insobornable profesional, una mujer de principios y de gran conocimiento de lo que se trae entre manos. En la habitual política de la actual junta, contraria al tipo de profesional serio, no servil y de ética diamantina, el despido de esta mujer era de esperar.
En las vísperas de la última asamblea de la AVT, la junta despidió al anterior gerente para que no fuera el encargado de exponernos allí a los socios los discutibles números de nuestra organización. Tampoco se contó con la presencia del auditor jurado de las cuentas, cosa que con la anterior directiva y en aras a la transparencia, sí se hacía. Así que pregunté a la junta de García Casquero, Pedraza y Lancharro cuánto tiempo iban a tardar en deshacerse de Bea. Callaron y hoy nos dan su respuesta.
Son tantas las personas que nos hemos largado o que han sido largadas desde la llegada de estos personajes a la directiva, que nadie se puede creer ya que tooooodos éramos malos malísimos al servicio del malvado Alcaraz que sólo maniobra para volver... ¡después de haberse ido voluntariamente! Qué necedades hemos escuchado.
Pues nada, la última vida profesional –así que también la personal– con la que esta junta se limpia los mocos es la de Bea. Me preocupa el equipo humano que allí queda, personas amedrentadas pensando en si se limpiarán también los mocos con ellas. Así se juega con los profesionales que atienden a nuestros socios. Lo dije y lo repito: las víctimas se supone que sabemos qué cosa es el sufrimiento, así que quien, como Juan Antonio García Casquero, auxiliado por su junta, es capaz de estas actuaciones con nuestras trabajadoras, me parece indigno no ya de presidir la AVT, sino de presidir un club de tute.
Llama la atención el papel de unas víctimas de alguna notoriedad. Durante los años duros del proceso de negociación con la ETA no estimaron oportuno descender hasta nosotros y asociarse a la AVT. Curiosamente, en los previos a la última asamblea sí que lo hicieron, en un movimiento de apoyo a esta junta de Casquero, la que ha proscrito aquello que tenga que ver con la Rebelión Cívica y Alcaraz; aquel tipo... (¿cómo decirlo?) con tan poco talante cantando las verdades del barquero a la negociación de ZP con la ETA. Es decir, quien hizo lo que tenía que hacer en aquellos momentos, con un costo personal que ellas, tan correctas, ni imaginan. Bastante repelente. Pues ahí tienen, para su vergüenza y la del resto de asociados muditos y delegados chaqueteros, otra muestra con la que hacerse cargo de a quién dispensan sus apoyos y silencios. Pero no les importa.
Y lo que he dicho tantas veces: que desde que Rajoy y Zapatero acordaron en materia de terrorismo aquello que no nos contaron –por cierto ¿qué hace Josu Ternera, jefe de la ETA, pastando por Europa tan ricamente?– la AVT va siendo esta cosa en la que hay quienes están de coña en un ecosistema de loas: ora de un partido, ora de un ministerio, ora de medios de comunicación que nos machacaron durante la negociación y atacan la Rebelión Cívica...
Los partidos socialista y popular no pueden dejar de ocupar y asfixiar ese espacio público que quedaba a disposición de la iniciativa ciudadana fuera de su control monopolista. La partitocracia liberticida. Así que acuerdan y manejan y en los engranajes de los manejos se trituran, ¡ay!, personas; directa o indirectamente. Pero eso les da una higa a los protas de la cosa. Consta la enemiga que algún sector del PP cultivó contra la otrora levantisca asociación. Y es que se vieron arrastrados del ronzal y sin concierto, cosa por otra parte de no mucho extrañar. Hermosa organización o cuadrilla. Así que la sorda venganza que se van cobrando unos y otros se deja sentir.
En fin, estos nuestros suelos de la AVT ya fueron hollados en el pasado por la estolidez y la maldad que hoy parecen presentar brotes verdes, por aprovechar lo dicho por doña Salgado y así introducir algo de humor en este asunto antes de salir corriendo por Irún. Total, que Beatriz Barcia, una profesional como la copa de un pino, es la última víctima de la brigadilla de derribos que mal gobierna la AVT. Y lo que te rondaré morena.