Exactamente. Aquí, ni en ninguna parte, hay inocentes por completo. Todos, de una forma u otra, nos hemos buscado lo que tenemos. El caso de los profesores es evidente. En los años setenta tuve un par de novias que estudiaban magisterio. Ambas militaban en el más absoluto nihilismo, incluso para alguien tan izquierdista como lo fui yo in illo tempore. Bueno, pues toma nihilismo...
Mientras no se expulsen -como primera medida- a los pedagogos de los centros de enseñanza y se cierren todas las facultades de Pedagogía -segunda medida- todas estas cosas no sirven para nada. Salvo, como decía usted mismo el otro día, don José, en su articulo "Clásicos de la desidia hispánica", para dar cuenta de la sempiterna preocupación otoñal de unos y otros por la Educación, que justo coincide con el periodo en el que las familias se acuerdan de la Educación porque les toca rascarse el bolsillo. Y, los políticos se sienten "obligados" a contener el cabreo de los papás ante el desembolso, no sea que a alguno se le ocurra señalarlos como responsables... del cabreo.
¿La Educación?...¡bah!, éso es "pa'pringaos", y si no, que lo cuenten las pajines, los montillas, los zapateros o las belenes estebans.
Este asunto nos demuestra una gran verdad, el cómo la idiotez, cuando se permite de cualquier instancia, se acaba volviendo contra aquellos que la permitieron.
Primero se enteraron los profesores, cuando hordas de adolescentes malcriados se empeñaron en hacer uso de lo que les habían enseñado: "haced lo que queráis".
Luego la sociedad, cuando miembros de esas hordas de asilvestrados se creyeron en la potestad de atacar comisarias, de violar, o cualquier otra salvajada salvaguardada por la Ley de defensa del menor y por esa "educación" que más bien debería llamarse "hedukacion".
Pero hay alguien que nunca la paga, los políticos, y es que estos saben perfectamente que a peor educación, mayor control sobre la sociedad que tendrán. Si alguien cree que el delirante sistema educativo es así por casualidad cósmica, que se lo haga mirar.
Y mientras, a votar a los mismos parásitos que han convertido la educación en la "hedukacion", esto es, siempre con la complacencia, permiso y voto de los padres.
Y es que el pueblo español, se merece lo que tiene, a fin de cuentas, lo ha votado durante decenios. Sí, somos gilipollas.
Totalmente de acuerdo. La "autoridad" supone el reconocimiento generalizado de una capacidad o superioridad. Hace mucho que los profesores perdieron ese ascendiente al permitir que los "pedagogos" tomasen el control de la educación. Si no recuperan ese control, no recuperarán la autoridad, por mucho que quieran "investirles" de ella, seguirá siendo la misma mona.
No se reconocerá ninguna "autoridad" adjudicada desde fuera. Deben ser los mismos profesores, a través de alguna asociación con ese objetivo declarado, los que anuncien publicamente que, a partir de ese momento, van a renunciar a esos objetivos progres y "pedagógicos" para volver a la disciplina y al mérito. Entonces podrán ganar el respeto esperanzado de muchos padres que, hay que decirlo, también han renunciado masivamente a la autoridad paterna (*)
(*) sería largo extenderse, pero digamos que esa renuncia generalizada a la responsabilidad por parte de padres y profesores ha sido causada, sobre todo, por no tener poder de elección, por el café para todos de la educación pública.