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Pozuelo: los bárbaros felices

Tocqueville, demócrata con alma aristocrática, se quedó maravillado al volver a hallar en un país joven, como era EEUU, una multitud de "cuerpos intermedios" que garantizaban la lealtad al nuevo régimen y al mismo tiempo la libertad.

zivago dijo el día 13 de Septiembre de 2009 a las 14:24:

Voy a decir algo políticamente incorrecto.
Habría que inflarles hasta en el carnet de identidad a los niños
de Pozuelo y a sus papás.

pecio dijo el día 12 de Septiembre de 2009 a las 17:07:

Efectivamente, los cuerpos intermedios de poder que existían antes amparaban al individuo y actuaban como contrapoder garantizando libertades. Entre los cuerpos intermedios estaban la familia, la Iglesia y no olvidemos a la nobleza.


Saludos

FERRUZ dijo el día 12 de Septiembre de 2009 a las 10:59:

¿Qué valores transmitirán estas familias a sus hijos? Pues los suyos propios, a saber
-que lo importante es ser uno mismo y gozar de la vida como te pida el cuerpo
-que hay que realizarse profesionalmente y para ello la familia y todo lo demás es secundario
-que, como consecuencia de lo anterior hay que relacionarse lo más eficazmente posible (es decir, intimísimamente) con todo aquél, aquella o aquell@ que te puede ayudar en el ascenso
-que no hay más valores que "la pela"
-y así toda una serie de edificantes principios morales de nueva ola.
¿Qué esperamos con esta tropa?. Tenemos lo que, como sociedad, merecemos

macpher dijo el día 12 de Septiembre de 2009 a las 10:16:

Enhorabuena por tu acertado análisis de nuestra sociedad sin valores morales, el resultado de esa deconstrucción que ha hecho un socialismo nefasto en Europa. Aprovecho para felicitarte por tu libro "La nueva revolución americana" que he leido. En EEUU, donde tuve la suerte de pasar una temporada trabajando, todavía se apoyan en instituciones como la familia, la asociación, las instituciones religiosas, y por eso la izquierda europea ideóloga les ataca, porque una sociedad así es fuerte y rechaza el intervencionista estatal que tanto les gusta a los conservadores y socialistas. Los extremos son muy parecidos en lo esencial.