No se sigue la norma educada de empezar a hablar cuando el otro ha terminado su discurso, sino la de interrumpir esa oración con otra más decidida, en voz más alta.
Amando de Miguel
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Manix dijo el día 8 de Septiembre de 2009 a las 08:48:
Decía Fernando Díaz-Plaja, en "el Español y los siete pecados capitales", que en España no exista el diálogo, sino el monólogo inntercalado y pobrecito del que quiera detenerse un momento para tomar aire. Al final, terminan todos hablando a la vez, subiendo sucesivamente el tono y, si además, uno de los presentes quiere ver la televisión, irá subiendo el volumen de acuerdo con la intensidad de la conversación. Ya está el lío armado.
Lo que a mí siempre me ha sorprendido que las mujeres sí son capaces de hablar todas a la vez y... hasta se entienden.
Bromas aparte, esto no puede suceder en un idioma como el alemán, en el que no se sabe si se está afirmando o negando hasta que no se termina la frase, con lo que, hasta ese momento, no se sabe si hay que corroborar o discutir.
Decía Fernando Díaz-Plaja, en "el Español y los siete pecados capitales", que en España no exista el diálogo, sino el monólogo inntercalado y pobrecito del que quiera detenerse un momento para tomar aire. Al final, terminan todos hablando a la vez, subiendo sucesivamente el tono y, si además, uno de los presentes quiere ver la televisión, irá subiendo el volumen de acuerdo con la intensidad de la conversación. Ya está el lío armado.
Lo que a mí siempre me ha sorprendido que las mujeres sí son capaces de hablar todas a la vez y... hasta se entienden.
Bromas aparte, esto no puede suceder en un idioma como el alemán, en el que no se sabe si se está afirmando o negando hasta que no se termina la frase, con lo que, hasta ese momento, no se sabe si hay que corroborar o discutir.