Sr. Pecio: dice que hay que buscar una Constitución que proclame una España única e indivisible bajo una monarquía parlamentaria, ejem,ejem,...¡eso es lo que tenemos¡, ¡y así nos va¡.
Lo que se propone en la página de Trevijano, no se puede comprender dando una simple vuelta. Es el trabajo de toda una vida dedicada a luchar y PENSAR por un sistema que garantiza la libertad política, y eso la monarquía no es que lo niegue, lo hace im-po-si-ble.
Me gustaría escuchar sus propuestas, cómo se consigue eso de blindar al individuo frente al Estado.
Me he dado algún garbeo por la web de García Trevijano, el cual recomienda la abstención electoral para deslegitimar al actual sistema.
Si bien, no comparto el sistema republicano que es ajeno a la tradición española, monárquica hasta la médula. La monarquía era el ejercicio del poder del pueblo, delegado en el rey; este se veía obligado a respetar las leyes y costumbres siempre que fuesen acordes con la ley moral natural, recogida especialmente en el cristianismo. (esto es un antecedente constitucional, el sometimiento de las leyes y el rey a la ley moral)
La monarquía es una fórmula típicamente europea, cristiana y especialmente española. Por eso los socialistas e izquierdistas abominan de ella, entendida siempre como un tránsito a la vida venidera. Dios, patria, rey es España y nos encaminan a lo contrario: ni Dios(persecución religiosa), ni patria (nación discutida y discutible), ni rey(república). Y esta es la causa profunda de la crisis actual, el barrido de los valores fundamentales, la destrucción de los cimientos de España, y de los españoles. Gravitamos en el vacío.
En mi opinión, lo que necesitamos es una nueva constitución que blinde al individuo frente al estado -terminología de Víctor Gago- y proclame la unión de España indivisible como única nación bajo la forma propia de monarquía parlamentaria, protegiendo especialmente a la Iglesia como pilar fundamental de nuestra historia y cuyo rol que es ahora más necesario que nunca ante la crisis galopante de valores.
Señor Maestre, ¿cómo no vamos a estar desilusionados si nos han cortado la identidad de golpe? Fíjese lo bien urdida que está la estrategia del psoe, primero la religión como alternativa, sacamos los crucifijos, se promete la constitución algunos incluso por imperativo legal, se quitan subvenciones a las escuelas concertadas, se impide por todos los medios la educación diferenciada-que es practicada por los colegios de fomento- y así paulatinamente se va trasladando la moral cristiana por la moral progre, bueno, eso ya ha sucedido.
Con esta nueva moral progre, alejada de la rectitud surge el campo abonado para todo tipo de experimentos, pues todo es relativo y sólo legitiman las elecciones, el número de votos. Aborto. Y cuántas chicas engañadas y desorientadas, sin una guía, se han entregado como rameras a la concupiscencia y hospedan, sin saberlo, enfermedades infecciosas muy peligrosas que desarrollan cáncer con los años.
Comparto al 100% su artículo. Lo único que me gustaría apuntar, es que eso que usted denuncia(y mucha gente más) , practicamente la única persona(con papel relevante en la Transición) que lo denunció y vaticinó hace 30 años, fue D. Antonio García-Trevijano. Por eso ha sido difamado y condenado al ostracismo durante todos estos años.
Pero eso tiene su parte positiva, y es que ha tenido el tiempo necesario para elaborar la alternativa política factible a la crisis que vivimos. Se llama República Constitucional, y a diferencia del régimen partitocrático, se asienta en un principio inquebrantable que la hace superior al resto de alternativas. Ese principio es el de la LIBERTAD POLÍTICA, y si no tiene inconveniente, me gustaría facilitarle el libro 'Hacia la República Constitucional', que D. Antonio está escribiendo en estos momentos y que esperamos publicar en el próximo otoño. Si me facilita una dirección, lo haré encantado.
Mi correo es chichopirola@hotmail.com
Saludos
Señor Maestre, "mi sueño":
Soñaba con que los españoles de, aproximadamente, 45 a 70 años manejaban las computadoras sin tutoría adicional. Accedían a Internet, leían, analizaban y comprendían su artículo independientemente de su última votación. La preocupación principal no era la de saber el tiempo o la prensa rosa, sino más bien la de explicar a sus hijos y/o nietos su artículo, nociones de la sociedad en la que viven y el posible camino de servidumbre con la casta política parasitaria de la hériga felipista, aznarista o zapaterista.
Soñaba que transcurrido X años desaparecía la casta política, el político ejercía no para mantenerse en el poder, es decir como una profesión, sino más bien ejercía de forma temporal y limitada. Estaba aprobado por ley las listas abiertas, cualquier ciudadano podía optar a presentarse, y los partidos ni los sindicatos ni CEOE recibían ayudas públicas. Todo ingreso provenía de afiliaciones y donaciones.
Soñaba que el periodista español en TV, radio y prensa era objetivo, respetuoso con la verdad y riguroso en la búsqueda de la información fidedigna y verificable.
Soñaba con una sociedad plural en todos los sentidos: política; instituciones públicas; sistema educativo; medios de comunicación; etcétera.
Soñaba con un Estado español delgado, fino. Un Estado-nación sin fisuras. Un Estado sin corrupción.
Soñaba con una ciudadanía alegre e ilusionada. Soñaba con una ciudadanía culta, con capacidad de análisis y con libre elección de sus representantes, sin votos cautivos.
Soñaba con que los políticos no aparecían apenas en los medios de comunicación, se dedicaban a gobernar para el pueblo y no para mi partido. Soñaba con que si un presidente de gobierno comenzaba a imponer el régimen socialista totalitario el pueblo y las instituciones democráticas harían lo mismo que en Honduras.
Soñaba … cuando de repente el sueño “utopía democrática” se convirtió en pesadilla, apareció la figura de un profeta con corbata y con los brazos extendidos, un colectivista totalitario, un dictador democrático, un gobierno de ruedas de prensa y medios de comunicación: maquillaje, confusión, engaño, falacia, marketing, publicidad y propaganda. La prensa inmaculada.
Me desperté sobresaltado, el sueño “utopía democrática” continuó siendo eso y la pesadilla, ceteris paribus.