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Amando de Miguel

La maravilla del politiqués

José Olivares Martí me envía un nuevo detalle del politiqués. Los países "aliados" de antaño ya no son tales sino "socios". Supongo que, de esa forma, dan a las relaciones internacionales un digno aire empresarial o asociativo.

Juan Díaz, a su paso por distintos niveles del sistema de enseñanza, recuerda que "cuanto peor era el profesor, más siglas y lenguaje ininteligible usaba". Esa es la tacha de lo que aquí llamamos "politiqués" y que don Juan asimila a la "incompetencia". Digamos que es incompetencia más presunción. Lo malo no es el ignorante sino el ignorante con pretensiones.

José Carlos me acompaña un texto de una comunicación enviada por una de las vicerrectoras de su Universidad: "Os rogamos disculpéis la demora de este documento que esperamos os resultará útil tanto para organizar vuestra tarea como para comprender la dinámica de trabajo entre los diferentes agentes que intervienen en el proceso para constatar y garantizar la adecuación y calidad de los distintos materiales didácticos obligatorios, con vistas no sólo a la implantación y desarrollo de nuestros Grados sino también como elemento esencial para generar evidencias de cara al proceso de Acreditación de nuestros títulos". El texto es todo un prodigio del politiqués aplicado a la nada.

José Olivares Martí me envía un nuevo detalle del politiqués. Los países "aliados" de antaño ya no son tales sino "socios". Supongo que, de esa forma, dan a las relaciones internacionales un digno aire empresarial o asociativo.

Olegario Olayo Martínez (Majadahonda, Madrid) me hace una propuesta: crear un diccionario politiqués-español. Supongo que don Olegario lo va a desarrollar cumplidamente. De momento me envía algunas muestras que paso a reproducir. Son ilustraciones de hace algún tiempo, pero no por eso pierden valor:

El político decía...

quería decir...

"Estoy dispuesto a negociar los Presupuestos con el PSOE" (Sanz, presidente de Navarra)

"Pediré dinero a cambio de votar sí a los Presupuestos"

"Los gastos sociales aumentarán y se financiarán con el margen fiscal" (Zapatero)

"Los desempleados cobrarán mientras haya empleados que paguen de su bolsillo"

"No estoy dispuesto a renunciar a la política para conseguir la paz" (Ibarreche, presidente del País Vasco después de un atentado de la ETA)

"Seguiremos recogiendo la cosecha de nueces"

"No podemos silenciar a la prensa, nos guste o no" (Carlos Dívar, presidente del CGPJ)

"Nos gustaría silenciar a la prensa"

"No estamos ante una crisis económica... son sólo unas ciertas dificultades financieras... Es una ligera desaceleración... El crecimiento económico español va a seguir a buen ritmo" (Solbes, ministro de Economía)

"No tengo ni idea de lo que va a pasar"


Francisco J. Carrillo Guerrero compone una tesis doctoral sobre lo que yo llamo politiqués y él denomina "oratoria política en la España contemporánea". Encuentra que se compone "en un 90% de elementos populistas y dialéctica cursi. El otro 10% posee fondo, pero con un lenguaje tan técnico y administrativo que se hace ininteligible para el pueblo llano, incluso de cultura media". Para mí la fórmula sería: 20% estricto politiqués, 20% terminachos jurídicos o económicos y 60% de relleno. Tómense los porcentajes con un aire de broma. Creo que aquí hemos hablado ya de la magia del 20%. Sobre el particular me permito citar otra vez el libro que he publicado con Francisco Marcos-Marín Se habla español, Biblioteca Nueva. Sobre el equivalente de la jerga política en épocas anteriores se puede consultar E. Alejandro y S. Guerrero,
El lenguaje político español (Cátedra) y R. García Serrano, Diccionario para un macuto (Planeta). Me parece interesantísimo el empeño de don Francisco para interpretar la oratoria política de los españoles de nuestro tiempo. No siempre es una degradación del lenguaje culto o literario. Ahora que ya no está entre nosotros, se puede recordar que la oratoria de Gabriel Cisneros era pulquérrima. No en vano la Asociación para la Defensa de la Nación Española (DENAES) convoca un premio anual Gabriel Cisneros para premiar la oratoria política.

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