Leyre Pajín es una mujer hecha a sí misma. Es más, la Pajín es la prueba viviente de que la selección de las élites en la democracia progresa adecuadamente, pues muy pocas personas, sean hombres, mujeres o transexuales en cualquiera de las dos direcciones, han llegado jamás a las cotas de excelencia intelectual que la secretaria de organización del PSOE exhibe en sus comparecencias públicas, y eso que su antecesor, don José Blanco, dejó el listón a niveles ionosféricos, como es bien sabido.
Cuanto más sabemos de Pajín más la admiramos los que reconocemos el mérito de las personas que luchan contra las circunstancias de la vida para salir adelante a despecho de las dificultades. Si encima se dedica a la cosa pública, a la admiración se suma el agradecimiento instintivo propio de los contribuyentes bien nacidos. Porque esta mujer podría estar ganando una millonada gerenciando cualquiera de las multinacionales más potentes que operan en nuestro territorio, cuyos consejos de administración se dejarían cortar las uñas sin anestesia por un fichaje de esa categoría, y sin embargo la Pajín prefiere dedicarse diariamente a hacer más felices a los españoles por la ridícula cantidad de quince mil puñeteros euros al mes, que es lo que gana cualquiera a poco que se ponga con cierto interés, especialmente en los tiempos que corren.
La Pajín quiere que el poder sea más tía y yo estoy de acuerdo. Quiero decir, no sé qué cojones significa la expresión, pero si lo dice El Pasmo Benidormí será porque es bueno para España, porque tanto ella como el resto de compañeros y compañeras socialistas se dejan la vida por la patria, como es notorio. Que el poder sea más tía y el PIB se convierta en una PIBA , como dice Ella, se antoja necesario para cambiar el modelo socioeconómico "deste país", concepto que permanece también oculto para el común de los mortales, pero si Pajín lo dice debe ser absolutamente cierto.
Miren que era difícil encontrar un político a la altura de José Luis Rodríguez Zapatero, pero con la Pajín hemos encontrado una figura equiparable al líder. Y encima mujer, oiga, que ya es la felicidad completa. Desde que Pajín llegó a la política, ser mujer en España es un motivo de orgullo añadido. Y si eres "tía" ya ni te cuento.