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John A. Bennett Novey

Izquierda y derecha

Los nuevos izquierdistas se oponían al totalitarismo cuando no eran ellos los totalitarios, tal como vemos en Cuba y Venezuela. Cuando obtuvieron el poder dijeron que ya no era necesaria la división de poderes.

El término “izquierdista” se uso inicialmente en 1789, al principio de la Revolución Francesa, para referirse a los miembros de la Asamblea Nacional de Constituyentes que se sentaban del lado izquierdo. Los del lado derecho, conocidos como “derechistas” o “reaccionarios”, abogaban por un gobierno centralizado, mientras que los entonces llamados izquierdistas querían abolir los controles del gobierno sobre la industria, el comercio y las profesiones. No querían saber de controles de precios, ya que los precios deberían establecerse en libre competencia y no por decreto gubernamental. En general, eran anarquistas que buscaban eliminar los privilegios gremiales, sindicales y de grupos de poder o rentistas; en síntesis, creían en la libertad de mercado.

¿Qué les pasó a través del tiempo? Inicialmente, estos primeros izquierdistas lograron grandes avances hacia las libertades individuales y lucharon contra los privilegios; sin embargo, los jacobinos, una minoría violenta entre sus propias filas, tomaron el poder y comenzó un reinado de terror y tiranía. No es inusual que dos o más grupos con ideologías muy disímiles encuentren acomodo. En Panamá vivimos el contubernio de una gran potencia con nuestros dictadores y vimos en qué fue a parar.

Los nuevos izquierdistas se oponían al totalitarismo cuando no eran ellos los totalitarios, tal como vemos en Cuba y Venezuela. Cuando obtuvieron el poder dijeron que ya no era necesaria la división de poderes. Una vez que la facción totalitaria de la nueva izquierda tomó el control, siguieron arropándose con la manta de la lucha contra la tiranía. A partir de ese momento, la violencia en contra de cualquier disidente era justificada en nombre de una supuesta libertad, como hace Chávez.

Hoy día son variados los grupos que navegan bajo banderas de libertad. Y han sido tan hábiles que logran convencer a las masas de que la esclavitud que sufren se llama “libertad”. Ese es el caso de los monopolios estatales. También hablan de bienestar social, igualdad y seguridad.

Vemos que muchos aceptan hoy medidas policiales que violan nuestros derechos porque supuestamente “nos están cuidando”, como mantenía Al Capone. El irrespeto a nuestros derechos jamás nos traerá seguridad, pero el concepto de “mano dura” es fácil de adoptar, siempre que se aplique contra otros. Es por eso que pedimos más controles del gobierno y eso parece gustarle a todos o casi todos los partidos políticos.

¿Cuándo aprenderán nuestros políticos a gobernar en vista al futuro?

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