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EDITORIAL

Las víctimas lideran la reapertura del 11-M

Parece mentira que tengan que ser las víctimas las que emprendan acciones penales contra funcionarios del Estado en pro del esclarecimiento de un atentado de la gravedad del 11-M, cuyo enjuiciamiento es evidente que se ha cerrado en falso.

La Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M ha presentado este miércoles una sólida y argumentada querella criminal contra el ex responsable de los TEDAX, Juan Jesús Sánchez Manzano y una perito del Cuerpo Nacional de Policía, en la que les acusan de los delitos de omisión del deber de perseguir delitos, encubrimiento por ocultación de pruebas y falso testimonio. La querella, redactada por el abogado José María de Pablo, relata con gran exactitud los hechos que la motivan y que demuestran que los querellados ocultaron primero a la Policía Científica los vestigios de las explosiones, cómo luego hicieron desaparecer la inmensa mayoría de los mismos y cómo posteriormente faltaron a la verdad ante Tribunal del 11-M al afirmar que era habitual en todos los atentados no entregar a la Policía Científica los vestigios explosionados.

La querella señala, en este sentido, que el protocolo de actuación dictamina, tal como se ha venido haciendo tanto antes como después de los atentados del 11-M, que los vestigios recogidos en los focos de explosión deben analizarse, primero, en el laboratorio de la Unidad Central de los TEDAX (análisis operativo) y, después, en el laboratorio de la Comisaría General de la Policía Científica (análisis científico). La querella demuestra cómo el propio Sánchez Manzano ha estampado su firma en decenas de oficios en los que, como máximo responsable de la Unidad Central de los TEDAX, remitía a la Policía Científica vestigios o restos de explosiones, contradiciendo así sus palabras ante el Tribunal. Sánchez Manzano faltó a la verdad sabiendo que así lo hacia.

Tal y como señala la querella, los hechos relatados en ella no han sido inanes para la investigación y esclarecimiento de los execrables atentados del 11-M. La actuación de los dos querellados impidió que la Policía Científica determinara la marca concreta del explosivo empleado en los atentados. Nótese, por ejemplo, que cuando en 2007 el Tribunal ordenó a ocho peritos analizar los pocos vestigios de los focos que la Unidad Central TEDAX no había hecho desaparecer, se encontró en todos ellos los distintos componentes específicos de la dinamita Titadyn (DNT, nitroglicerina, y nitroglicol): si este hallazgo lo hubiera realizado la Policía Científica en su momento –marzo de 2004– y no tres años más tarde, se podría haber abierto una línea de investigación para tratar de identificar a la/s persona/s que proporcionaron dinamita de esa marca a los terroristas del 11-M.

Parece mentira que tengan que ser las víctimas las que emprendan acciones penales contra funcionarios del Estado en pro del esclarecimiento de un atentado de la gravedad del 11-M. Pero todas las demás instancias han fallado, incluido unos partidos políticos totalmente desinteresados ante el evidente hecho de que el juicio por el 11-M se ha cerrado en falso. Esperemos, al menos, que la Asociación de Víctimas del Terrorismo también se sume a esta querella que debe tener como consecuencia la reapertura del juicio por el mayor atentado perpetrado en la historia de Europa.

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