extraordinario artículo antonio.
no se puede explicar mejor.
un abrazo.
Pero cuidado, que sí habrá antitaurinos que sean 'mafaldistas': le llaman al pollo 'cadáver de pollo'. Mucha gente joven, desgraciadamente criados por los dibujos animados, tienen una visión muy plana del mundo, y no distinguen al correcaminos de una ancianita cruzando la calle. Unos matan como el coyote y otras se matan de hambre.
Como no se estudia, y menos ni se conoce el mundo antiguo no comprenden que el ruedo y el toro -que a mí me desagradan- conservan visible por lo menos cuatro mil años: Creta, Teseo, Dédalo, Hércules luchando contra monstruos amenazantes, Jasón con los toros de fuego...
Por otra parte, el antitaurinismo catalán suena a concesión al gallego -a cambio de otras cosas más sólidas- porque San Castelao tiene al menos un dibujo contra la plaza de toros.
...por no hablar de la tortura final a los cerdos, desangrados vivos para obtener la sabrosa morcilla, y ¡cómo chillan! Pero el cerdo es el mejor amigo del español, algo básico en nuestra dieta: chorizo, jamón cocido, lomo y todos los demás embutidos que consumimos desde la cuna hasta la sepultura.
Y queda la cuestión moral, la de la jerarquía de la dignidad de las distintas especies animales... ¿podemos cazar atunes a mansalva y aplastar al sanguinario mosquito con la zapatilla, pero es un crimen de lesa inhumanidad atravesar el corazón del toro con un estoque?
¿Vamos a intervenir para evitar a las focas ser presa NATURAL de las orcas?
¡Ah, se refería al torero!
Ciertamente, ese exterminio de miles de seres macroscópicos resulta abyecto y vergonzoso. Pero también hay que recordar dos cosas: una, que muchos de esos pollos, por ejemplo, no habrían nacido si no los necesitáramos para comer; y dos, que hay otros muchos seres microscópicos que nos empeñamos en machacar constantemente, y que, si no nos protegiéramos de ellos, seríamos nosotros quienes dejaríamos de existir, probablemente gracias a una enfermadad causada por una infección bacteriana.
También es cierto que los animales se matan entre ellos, y que nuestro propio cuerpo, más allá de nuestra voluntad de usar desinfectantes y jabones, es capaz de aniquilar inoportunos visitantes microbianos.
Así que todo el problema aquí es que nuestra conciencia nos pesa y nos hace daño. Pues ¡no es problema pequeño, oiga! Hay que aprender a comer tofu y rezar para que a las pobres algas no les moleste que nos las comamos y aprender que, hagamos lo que hagamos, siempre vamos a causar la destrucción de miles de vidas. Tanto si queremos defender unas cuantas, como si pasamos olímpicamente de preocuparnos por estas cuestiones tan ingratas. Definitivamente, la categoría del sufrimiento no es material, sino espiritual, mental, moral, llámelo como quiera. Un guepardo no se entristece al saber que ha matado a una gacela que deja una gacelita huérfana. Una bacteria no llora por haberse comido a otra. Así pues ¿por qué los materialistas se preocupan por quedar bien? ¿Y los independentistas catalanes de todos los partidos no se dan cuenta de que los toros disfrutan, probablemente, el asesinato más noble que hemos sido capaces de crear los hombres? Y que conste que estoy en contra de la misantropía.
Aura mediocritas.
El mundo es muy raro, cada día más. Me voy a leer algo de provecho, algo de Séneca, por ejemplo.
Salud y queden con Dios (o algo).