En un mundo de escasez sólo unos pocos tenían la posibilidad de grabar un disco, escribir un libro, hacer una película. Pero cuando los costes de hacer todas estas cosas, y difundirlas a todo el mundo, son prácticamente cero todo el mundo puede participar
Borja Prieto
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JaS dijo el día 6 de Julio de 2009 a las 11:41:
La escasez afecta a todos los mercados, aunque tardemos más o menos en descontarlo: ¿dejó de afectar a la música con la invención del fonógrafo? Pues ahora, tampoco. Lo hace de una forma diferente.
"Los que están acostumbrados a sacar provecho de la escasez" son todos los oferentes en cualquier mercado, libre o no. Son quienes componen, invierten, transportan, seleccionan... es decir, quienes trabajan. Afortunadamente para ellos y para el conjunto. Recordemos la demonización de los que vendían útiles a las víctimas del Katrina y enfrentémonos a la estupidez colectiva: el mundo sobrevive y progresa gracias a quienes ganan dinero cubriendo necesidades.
Resistirse al cambio o abanderarlo es una decisión individual. Agotar un modelo en las últimas o romper el marco de referencia con una idea innovadora es igualmente respetable. Sucede en todas las industrias, y aunque la renovación beneficie al consumidor, éste ni tiene el derecho de imponerla por la fuerza, ni le conviene en absoluto hacerlo.
Como liberal, me desconcierta y enfada que los supuestos liberales nunca defiendan en este debate el derecho a la propiedad, la necesidad de respetar un contrato en los términos que se firmó. ¿No quedamos en que es la izquierda quien saca nuevos derechos del sombrero sin ton ni son, invalidando la prioridad de los verdaderamente fundamentales?
Por otra parte, ¿alguien se imagina a Carrefour exigiendo que sea obligatorio el 3x2 en alimentación? Pues así son los lumbreras del software libre. Según ellos, todo el que no sigue el modelo comercial que les ha dado por probar, es inmoral y avaricioso. Esperemos que se limiten a escribir código, porque si les da por repensar cómo se respira no quedará nadie vivo para seguir desarrollando.
La escasez afecta a todos los mercados, aunque tardemos más o menos en descontarlo: ¿dejó de afectar a la música con la invención del fonógrafo? Pues ahora, tampoco. Lo hace de una forma diferente.
"Los que están acostumbrados a sacar provecho de la escasez" son todos los oferentes en cualquier mercado, libre o no. Son quienes componen, invierten, transportan, seleccionan... es decir, quienes trabajan. Afortunadamente para ellos y para el conjunto. Recordemos la demonización de los que vendían útiles a las víctimas del Katrina y enfrentémonos a la estupidez colectiva: el mundo sobrevive y progresa gracias a quienes ganan dinero cubriendo necesidades.
Resistirse al cambio o abanderarlo es una decisión individual. Agotar un modelo en las últimas o romper el marco de referencia con una idea innovadora es igualmente respetable. Sucede en todas las industrias, y aunque la renovación beneficie al consumidor, éste ni tiene el derecho de imponerla por la fuerza, ni le conviene en absoluto hacerlo.
Como liberal, me desconcierta y enfada que los supuestos liberales nunca defiendan en este debate el derecho a la propiedad, la necesidad de respetar un contrato en los términos que se firmó. ¿No quedamos en que es la izquierda quien saca nuevos derechos del sombrero sin ton ni son, invalidando la prioridad de los verdaderamente fundamentales?
Por otra parte, ¿alguien se imagina a Carrefour exigiendo que sea obligatorio el 3x2 en alimentación? Pues así son los lumbreras del software libre. Según ellos, todo el que no sigue el modelo comercial que les ha dado por probar, es inmoral y avaricioso. Esperemos que se limiten a escribir código, porque si les da por repensar cómo se respira no quedará nadie vivo para seguir desarrollando.