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Francisco Franco

Curioso sarampión ese del antifranquismo retrospectivo que aqueja a la heroica sociedad española. Y es que apenas hemos necesitado esperar treinta y cuatro prudentes años desde su deceso antes de lanzarnos, incontenibles, a derrocar la dictadura.

Goyo dijo el día 30 de Junio de 2009 a las 18:04:

¿Quién es el joven que investigó las cintas del NO-DO?. Te he leído y oído la anécdota muchas veces pero nunca dices el nombre.

Ten1ente dijo el día 30 de Junio de 2009 a las 13:09:

Barcelona, per descomptat, Avinguda Diagonal, bueno antes Generalísimo.

Ten1ente dijo el día 30 de Junio de 2009 a las 12:49:

Doy fé de ello, en mi corta vida militar obligatoria, hice carrera al Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejercitos a D. Francisco Franco con gran gentio y vítores de la multitud, donde predominaba sobre los demás el que esto escribe por su porte marcial y el brillo de su Cetme modelo C.

Erbilyos dijo el día 30 de Junio de 2009 a las 12:05:

Heroico, muy heroico todo. Parece que hayan estado más de tres décadas vigilando el cadáver del Caudillo a distancia prudencial, y tentándolo de vez en cuando, así como de lejos, por si las moscas, como si del cadáver de King Kong se tratase. Una vez que se han asegurado de que realmente está muerto, se han lanzado al despiece. Esto me trae a la memoria escenas de documentales sobre la fauna salvaje de África. Hasta los buitres son más valientes, ya que al menos se lanzan sobre la presa cuando aún está agonizando.

drizzt dijo el día 30 de Junio de 2009 a las 09:41:

Hay un refrán español que retrata muy bien a todos los antifranquistas de salón actuales: "A moro muerto, gran lanzada". ¿Dónde estaban todos estos políticos de pacotilla durante la dictadura?. Probablemente nadando en las aguas del régimen....

Paradus dijo el día 30 de Junio de 2009 a las 09:26:

Es verdaderamente bochornoso este antifranquismo recalcitrante que, 34 años después de muerto Franco, impregna la sociedad toda.

Pero es más bochornoso aún intentar convencernos del mérito (y aun del riesgo) que conlleva esta actitud.

En la cadena de televisión Sexta, el anuncio (autopromoción) de un determinado programa de su parrilla, enumera los atributos que lo definen, convertidos, según parece, en méritos de su presentador. Uno de ellos, el riesgo, se ilustra con la imagen del osado presentador depositando tres rosas (una roja, una amarilla, una morada) sobre la lápida de la tumba de Franco.

Enorme el riesgo que sufría el presentador con esa acción. Es extraño que la brigada de lo social no haya todavía llamado de madrugada a la puerta de su residencia para llevarlo a las dependencias de la Dirección General de Seguridad y de allí, tras la pertinente tortura, a la cárcel de Carabanchel.

Últimamente tengo la impresión de que la progresía está intentando sumergirnos en una realidad virtual en la cual la dictadura no ha terminado y seguimos viviendo en un régimen sin libertades, para erigirse ellos en libertadores y embarcarnos en una transición a la democracia... sin los riesgos que eso conllevaba hace cuarenta años.

Arra dijo el día 29 de Junio de 2009 a las 23:09:

¡Cuanta razón! Y todo para quedar correctamente retratados en esta correcta sociedad de ignorantes y traidores a los principios. En este caso, al principio de ser consecuentes con sus actos, al principio de la vergüenza de no haber hecho nada en vida del dictador contra la dictadura. La vergüenza de no querer reconocer, en el mejor de los casos, el propio miedo; el no querer reconocer el humanísimo principio de no quererse meter en líos. Y, en el peor de los casos, la clara colaboración.