Algunas mujeres se enfadan con las amables cortesías de ceder el paso, o ayudar en pequeños accidentes como el que usted borda. Pero otras no.
De la abundancia del corazón habla la boca, y hay un texto de Spranger traducido al gallego por García Sabell (Problemas humáns / Eduard Spranger ; versión galega, prólogo e notas por D. García-Sabell ; epílogo por Johannes Schlemmer
Publicación Vigo : Galaxia, 1966; Blanco lo podría leer; el otro no sé) que dice cosas muy bonitas de, simplificando, la relación entre bondad y buena educación: No se puede ser malo y bien educado, o viceversa.
Magnífico artículo. Voy rauda a buscar la foto, a la que procuraré sacarle "jugo"
La educación... Ahí es nada.
Si he de acabar mis días en el averno (cosa nada rara entre poetas y gentes de mal vivir), preferiría de compañero de celda a Gilles de Rais antes que a cualquier ministro sociata:
La compañía de un caballero siempre es un consuelo en el infortunio.
(Y la de una dama ni le cuento... pero dudo que Lucifer practique la coeducación)
Sin duda. que esa actitud de los sres. presidente y ministro de Fomento es un acto de mala educación, yo diría que de ninguna, pero sobre todo es un signo de los tiempos reflejado en nuestros máximos gobernantes. No es fácil ver, por ejemplo, en el autobús, levantarse alguien de su asiento para cederlo a una señora o a una persona mayor, o ceder el paso en la entrada de un establecimiento cualquiera cuando coinciden dos personas a la vez. Nadie se preocupa ya de esos detalles, ni siquiera el principal mandatario de España, aunque sepa que el momento lo está recogiendo las cámaras de foto o de televisión.