La izquierda da enorme publicidad a los casos de pederastia por parte de algunos (siempre demasiados) curas. Pero hay muchísimos más casos dentro y fuera de la enseñanza pública. La prensa informa con frecuencia de grandes redes de pederastas, aunque suele silenciar la profesión de los mismos (probablemente no lo haría si fueran sacerdotes) en la sociedad en general, y nadie insinúa que la sociedad laica –en sentido de antirreligiosa, que es el que le da la izquierda– sea responsable de esa plaga. Y sin embargo lo es, o lo son sus responsables políticos, porque se trata de una plaga muy en auge, al igual que otros muchos fenómenos concomitantes: la crisis de la familia, las familias monoparentales, los "matrimonios" homosexuales, la prostitución a muchísimos niveles, el aborto masivo, la formación de amplias bolsas de consumo de drogas, etc. Todo forma parte de lo mismo y está íntimamente relacionado con la ideología difundida sistemáticamente desde el gobierno, desde los medios de masas y desde la publicidad.
Un problema crucial es que la ideología izquierdista no tiene ningún argumento que oponer a la pederastia. Al contrario, toda la ideología progre y feminista la favorece, como favorece la prostitución, la droga etc. Desde su punto de vista, según el cual la sexualidad es una simple diversión o desahogo fisiológico sin mayores consecuencias (y si hay consecuencias indeseadas se aborta y listo), la pederastia sólo puede considerarse una diversión más, una "opción sexual" perfectamente libre, como suelen decir. Y no vale hablar de un "consentimiento" que en el caso de los niños no se daría, pues se puede dar perfectamente y, en todo caso, "el sexo es alegría", según dicen, de modo que ¿por qué no empezar cuanto antes? De hecho la política del gobierno tiende a fomentar la práctica sexual cuanto más jóvenes mejor. Si unos chicos de doce años, pongamos por caso, pueden tener relaciones sexuales entre ellos, ¿por qué no iban a tenerlos con personas mayores? Esto antes se llamaba corrupción de menores, pero la corrupción se está convirtiendo en una virtud fomentada desde ciertas instituciones.
En realidad, si el gobierno mantiene alguna represión sobre la pedofilia se debe exclusivamente a un cálculo electoral. Percibe que en nuestra sociedad -y por influencia, precisamente, de su detestado cristianismo–, persiste (¿hasta cuándo?) una fuerte repugnancia por tales prácticas, y sabe que podría perder muchos votos si aplicase su verdadero punto de vista de modo coherente.
Pero si la pederastia, aunque en continuo auge, sigue siendo mal vista en nuestra sociedad, se ha convertido en un negocio multimillonario y en toda regla mediante, entre otras cosas, un turismo sexual a otros muchos países donde la pobreza o un tipo de cultura que no tiene los "tabúes" de la nuestra, lo permiten. Y eso no tiene nada que ver con los curas ni con la Iglesia y sí, muy precisamente, con la ideología progre. Que la izquierda finja hipócritamente escandalizarse por los curas pederastas, cuando ella misma fomenta esas cosas directa o indirectamente, resulta ya demasiado. Y, por cierto, aunque tales casos se han dado siempre, es muy probable que hayan aumentado mucho en la Iglesia desde que esta adoptó una línea "progresista" allá por los años 60.