El próximo domingo los españoles tenemos una oportunidad única de hacer una moción de censura en las urnas a Rodríguez Zapatero. Es esencial que sepamos aprovechar esta oportunidad. Tres años más de Zapatero en el poder significarán al menos una década más de crisis económica, moral y nacional para nuestro país. La política económica de Zapatero sólo conduce al desastre, a los cinco millones de parados y más allá. Cuanto peor sea la situación económica, mayor será la tentación del PSOE de embarcarse en nuevas batallas para la subversión moral de la sociedad, el clientelismo político y las prácticas autoritarias. Todo ello sólo puede conducir a una crisis nacional como la que experimentó España a finales del siglo XIX.
En las elecciones generales de 2008 se empezaban a vislumbrar los primeros síntomas de crisis económica. Sin embargo, el engaño masivo practicado por Zapatero durante la campaña electoral hizo que se impusieran las tesis negacionistas y que el PSOE pudiera incluso ampliar su mayoría para seguir gobernando. Amparados por varios años de crecimiento espectacular propiciados por la excelente herencia económica recibida de los gobiernos de Aznar, los socialistas lograron embaucar a una mayoría de españoles abusando de su buena fe.
Ahora, con cuatro millones largos de parados y una economía en profunda recesión, ya no hay motivo alguno para creer. Negar la crisis no sirvió para evitarla y negarse ahora a afrontar las reformas que necesita nuestra economía, como hace Zapatero, no nos sacará tampoco de la recesión. Pensar que sólo un gasto público descontrolado nos devolverá a la senda del crecimiento es un inmenso error. El espectacular déficit que está generando el Gobierno con su política desaforada de gasto hará que los efectos de la crisis se prolonguen aún más a largo plazo.
El 7 de junio tenemos, por tanto, una oportunidad inmejorable de materializar una necesaria moción de censura en las urnas al desastre de Zapatero. Tengo la convicción de que si el PSOE recibe una contundente derrota electoral el próximo domingo no podrá terminar esta Legislatura. Esa derrota haría insoportable su actual soledad parlamentaria a la que se unirá una creciente contestación social a su incapacidad económica. En esas condiciones unas elecciones anticipadas serían inevitables. Sería la única vía para poder superar la crisis que nos atenaza.
Zapatero es muy consciente de que necesita ganar tiempo hasta que la recuperación de la economía en el resto de Europa le permita volver a vender alguna esperanza. Pero una situación en la que Europa despegue y España se estanque es el peor de los escenarios posibles. Con una política monetaria restrictiva y una política fiscal agotada será muy difícil estimular una economía que por la desidia de Zapatero no habrá realizado aún las reformas necesarias y se encontrará francamente retrasado respecto a nuestros socios. El paro volvería a ser el principal problema estructural de nuestra economía y tardaríamos años en recuperar los niveles de empleo que alcanzamos a mediados de la década actual. España entraría así en una etapa de depresión económica que podría conducir a una crisis social y política de consecuencias imprevisibles. En estas elecciones tenemos una buena oportunidad de evitar el desastre. Para lograrlo es esencial no sólo una contundente censura de Zapatero sino consolidar en las urnas la alternativa que representa el Partido Popular.