Pienso que en un país decente no se censuran las manifestaciones populares, sino que se suspenden los actos públicos que ofenden los símbolos de la nación. La pitada debió ser retransmitida y el partido cautelarmente suspendido a continuación. Si no tenemos lo que hay que tener para usar la porra, no hagamos el tonto tocando el silbato.
No estoy de acuerdo con el análisis de García Domínguez. La realidad es la que es y no hay por qué ocultarla. La excusa de no hacer propaganda a los malos es una variante más del consabido argumento totalitario de restringirnos la libertad (la realidad) por nuestro propio bien. Eso puede que sea aceptable en casos taxativos de inminente desorden catastrófico, pero jamás para alimentar un ficticio nirvana oficial.
España se rompe. Los tribunales son los primeros violadores de la ley y es todo una puñetera farsa al servicio de una mafia política desbocada. Los malos están ganando, sí, arrasan ante nuestra desidia, ¿por qué tenemos que ocultarlo? Es posible que admitir su avance les envalentone, pero más lo hará ver que fingimos que no pasa nada.
Luz, abramos las ventanas, que queden al descubierto todas nuestras miserias. Que nadie pueda decir que no lo sabía.
Le faltan unas comillas; es "censura", porque el grito coral es falso e hipócrita. No hubo censura, hubo una limitada, tímida, inexperta? desamparada sensatez y dignidad, desmentida desde luego por los "jefes", que pa eso cobran.
José me pregunto que supone mayor éxito para un nacionalista catalán o vasco: el que se escuchen sus pitidos al himno de España en directo, o el conseguir que la televisión pública que pagamos los españoles declaración tras declaración se amedrente y renuncie a... ¡poner el himno nacional en la final de la copa del rey!
En mi opinión está claro. Todos los aficionados que hayan visto fútbol en España sabían que la pitada se produciría, es algo con lo que por desgracia nos hemos acostumbrado a vivir. Sin embargo lo que pasó el otro día supone una vuelta de tuerca más. Hemos bajado nuevos escalones en el pozo de la vergüenza nacional. El andaluz, el murciano, el vasco español o el catalán no nacionalista no pudieron escuchar por primera vez desde que se retransmiten las finales de copa el himno de España en sus hogares; y ¿por qué? porque una calaña de nacionalistas fanáticos lo iban a pitar. Que lo piten, para mi es un orgullo que esa gentuza vaya contra mi himno y mi bandera.
Por otra parte, y muy a mi pesar, tengo serias dudas de que como tu dices la censura se produjese para salvaguardar la imagen de España. Creo que más bien lo que TVE intentaba proteger era a las dos instituciones deportivas que estaban en el campo y a sus "ejemplares" aficiones. Quizá si nos hubiesen dejado ver en directo el incidente, algún barcelonista de Valladolid o de Gijón se hubiese enterado de lo que representa su equipo, y a lo mejor habría dejado de apoyarle. Con eso, al menos España ya habría ganado algo.