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José Antonio Martínez-Abarca

El mundo, coto judicial

He organizado una cacería/comilona junto a la policía judicial de confianza y el ministro que me lleva el maletín para exigir por una provisionalísima que si hay algún aforado en la NASA salga con las manos en alto, donde yo las vea.

Yo, juez supremacista, que no supremo, estimo como rebeldía inaceptable ante la autoridad que por ésta me ha sido conferida el que la NASA no me pida informe preceptivo sobre si deben o no seguir mandando cohetes al espacio, descubriendo cosas por ahí que no les incumben (como denuncian los ecologistas). Este organismo sospechoso de los tiempos de la Guerra Fría está incurriendo en conflicto competencial con los que queremos hacer del planeta un lugar donde los malos no puedan huir ni dando saltos. He mandado un auto a vuelta de correo a Cabo Cañaveral instándoles a cumplir sin dilaciones con uno de las vigas maestras del mundo que entre todos estamos mejorando: el principio judicial de universalidad, por el cual nada de lo humano, de lo alienígena, ni por supuesto de lo divino, nos es ajeno ni al juez Garzón, ni al juez Pedraz, ni a los otros jueces que cumplen con su mandato imperativo, por qué no decirlo, sin ir más lejos a mí.


Nuestras moléculas ahítas de amor a la humanidad se confunden con el cosmos y el cosmos somos nosotros, y no otros.

El juez Garzón está atendiendo en estos momentos la posible falta de garantías higiénicas de tres presos yihadistas que solicitaron mear sentados en la taza en la base norteamericana de Guantánamo. Mientras, el juez Pedraz (¿se apellidará en realidad Pedrad pero habrá adoptado la fonética de Rodríguez Zapatero?), ha nacido otra estrella, se atusa su media melenita de Príncipe Valiente empapelando a tres ministros chinos gracias a la querella interpuesta por el tibetano Tubten Wahghen Sherpa, que no es el sherpa fundador del grupo heavy "Barón Rojo". No se sabe si atrapará a los ministros para que paguen por no estar construyendo un mundo mejor como es debido, pero a falta de ellos, Pedrad o Pedraz no va a tener complicaciones, porque hay otros tropecientos mil millones en Asia de tipos igualitos a los ministros chinos que pueden responder subsidiariamente. ¡Si será por ministros chinos! Como diría aquel escritor español de después de la Guerra, "usted perdone, joven, que no lo recuerde, pero los jóvenes, los negros (y los ministros chinos) es que me parecen todos iguales".

Otros cosmovisionarios como el juez Moreno y el juez Andreu, supernovas primordiales también en lo suyo, pasan las noches de turbio en turbio investigando a Francisco Franco, alias "el chache Paco", por inhibirse presuntamente hace setenta años en los crímenes nazis cometidos en las personas humanas de españoles. O la responsabilidad de ese "Estado gamberro", Israel, en que los palestinos salgan tan feos en las imágenes que estos mismos amañan. Por mi parte, juez supremacista, que no supremo, he organizado una cacería/comilona junto a la policía judicial de confianza y el ministro que me lleva el maletín para exigir por una provisionalísima que si hay algún aforado en la NASA salga con las manos en alto, donde yo las vea.

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